Clínica Alemana pionera en Chile en braquiterapia ocular

31/01/2003
4 min lectura
Clínica Alemana pionera en Chile en braquiterapia ocular

Clínica Alemana es el único centro de salud que realiza braquiterapia ocular en Chile, la cual consiste en la aplicación de material radioactivo localizado para atacar un cáncer. Ya hay 16 personas que se han sometido a esta técnica con la que se trata melanomas de coroides, metástasis coroideas y retinoblastoma.

Además este establecimiento cuenta con el equipo de oftalmólogos y oncólogos radioterapeutas de mayor experiencia en la práctica de braquiterapia.

'Es un intento por salvar el ojo, porque la otra alternativa para evitar la diseminación es la enucleación -extracción del ojo- y, de acuerdo a los estudios, en ciertos tumores, la sobrevida es similar para los dos tratamientos, por lo tanto, es mejor utilizar la braquiterapia ya que no se pierde el ojo y existe la probabilidad de conservar la visión o parte de ella', explica la doctora Karen Goset, radioterapeuta de Clínica Alemana. La especialista destaca la comunicación entre todos los especialistas y que, de esta manera, se le puede dar una atención expedita y eficiente al paciente.

Diagnóstico sin biopsia

El melanoma coroideo es un tumor escaso en la población general, pero es el más común de los cánceres intraoculares en adultos. Los doctores Alejandro Siebert y Andrés Kychenthal, oftalmólogos de Clínica Alemana, afirman que no hay una explicación de la causa de este tipo de tumores en el ojo.

El tamaño y la ubicación condicionan los síntomas que sufre el afectado, los que se relacionan con alguna alteración en el campo visual o disminución de la agudeza de visión. 'Empecé a ver puntos negros. Eso es normal cuando se mira al sol, pero no todo el rato,' describe Mauricio López como los signos que lo llevaron a consultar.

Acudió donde el doctor Kychenthal, quien mediante un examen de fondo de ojo le descubrió un melanoma de 6 mm. Se le realizó una ecotomografía retinal y una resonancia que confirmó el diagnóstico. El oftalmólogo afirma que no se practican biopsias porque son tumores muy sensibles que al ser tocados pueden diseminarse y sólo con los exámenes clínicos se tiene alrededor de un 98% de precisión en el diagnóstico. En otros casos, el paciente puede no tener ningún síntoma y se detecta el tumor al revisar el fondo de ojo durante un chequeo de rutina.

Dependiendo del tamaño, localización y de varios signos clínicos, como el crecimiento en el tiempo, se puede determinar que sea necesario mantener el melanoma en observación y controlarlo regularmente, o practicar una braquiterapia o enucleación. Para cuando se opta por la sola inspección periódica, Clínica Alemana cuenta con un sistema fotográfico digital que permite tener las medidas exactas del tumor al igual que un poderoso ecógrafo, de uso exclusivo para Oftalmología.

Braquiterapia: etapa a etapa

Este tratamiento, que está orientado a conservar el ojo y en lo posible la visión, comprende básicamente tres etapas. En la primera se realiza una cirugía oftalmológica para colocar una placa en el ojo. En la segunda, el paciente queda por un periodo de 3 a 5 días en una pieza especialmente equipada y autorizada por la Comisión Chilena de Energía Nuclear para recibir la dosis adecuada de exposición del material radioactivo. En la tercera, se realiza otra intervención para extraer la lámina.

Los tumores chicos tienen una sobrevida de un 99% a los cinco años, ya sea recibiendo un tratamiento inmediato, como uno diferido después de ser observado. Los medianos tratados con braquiterapia logran conservar el globo ocular en un 85% de los casos sin diferencias en términos de sobrevida en comparación con los pacientes enucleados.

Los tumores chicos tienen una sobrevida de un 99% a los cinco años, ya sea recibiendo un tratamiento inmediato, como uno diferido después de ser observado. Los medianos tratados con braquiterapia logran conservar el globo ocular en un 85% de los casos sin diferencias en términos de sobrevida en comparación con los pacientes enucleados.

Previo a estas etapas, se fabrica la placa de acuerdo a las características del tumor. De ella se desprenden unos tubos por donde posteriormente se introduce, en la pieza especial, el iridio u otro material radioactivo. En un pabellón con anestesia general, el oftalmólogo sutura la placa a la esclera -parte exterior del globo ocular- justo en la zona que corresponde al melanoma, dejando los tubos hacia fuera del ojo, los cuales son protegidos del contacto por parte del paciente con un cono.

Después, el paciente es llevado a escáner, donde se adquieren imágenes precisas del ojo. Éstas son enviadas en forma electrónica al computador de Radioterapia, que calcula la dosis que entregará el implante. El oncólogo radioterapeuta determina el tiempo requerido, la dosis y ubicación del iridio para atacar el tumor y proteger al máximo las estructuras nobles (nervio óptico y cristalino). El paciente es hospitalizado en la pieza especialmente acondicionada para enfermos en tratamientos radiactivos. El radioterapeuta introduce el iridio a través de los tubos de la placa y se deja al paciente por el tiempo determinado en aislamiento, con un régimen de visita especial y las medidas de seguridad adecuadas al caso en particular.

'Ese tiempo lo pasé medio dormido con sedantes y manteniendo los ojos cerrados, porque a pesar de que los tubos no duelen, sí molestan. Fueron duros esos días', cuenta Mauricio sobre su experiencia. Luego de extraer las guías de iridio en la pieza, se vuelve al pabellón para remover la placa y los tubos.

Los resultados definitivos del tratamiento se conocen a medida que pasan los meses en los controles, donde se revisa la evolución del tumor. 'En los primeros seis meses el tumor de Mauricio disminuyó de tamaño. Y eso es bueno', explica el doctor Kychenthal. En el último control realizado en mayo seguía reduciéndose.

Actualmente Mauricio tiene algunos síntomas menores que reflejan la complejidad de las cirugías a las que fue sometido, pero se siente afortunado por su estado: 'Yo trabajo observando imágenes y volví de la licencia una semana después del tratamiento. Al principio veía todo borroso con el ojo operado, así que me lo tapaba y ahora se ha estabilizado. Lo importante es que el tumor ha evolucionado bien. Hay que dar gracias a Dios por estas cosas... son un tirón de orejas que lleva a reflexionar sobre tu vida y a hacer cambios'.

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Que yo esté viendo es un regalo, porque el objetivo del tratamiento era preservar el ojo. A lo mejor, Dios quiere que siga viendo', sostiene Mauricio López (40), tecnólogo médico de escáner y resonancia magnética de Clínica Alemana, a quien se le trató un melanoma coroideo -tumor maligno ubicado en una de las capas de la retina- en su ojo derecho con una braquiterapia hace más de un año y ha tenido una excelente evolución.

Clínica Alemana es el único centro de salud que realiza braquiterapia ocular en Chile, la cual consiste en la aplicación de material radioactivo localizado para atacar un cáncer. Ya hay 16 personas que se han sometido a esta técnica con la que se trata melanomas de coroides, metástasis coroideas y retinoblastoma.

Además este establecimiento cuenta con el equipo de oftalmólogos y oncólogos radioterapeutas de mayor experiencia en la práctica de braquiterapia.

'Es un intento por salvar el ojo, porque la otra alternativa para evitar la diseminación es la enucleación -extracción del ojo- y, de acuerdo a los estudios, en ciertos tumores, la sobrevida es similar para los dos tratamientos, por lo tanto, es mejor utilizar la braquiterapia ya que no se pierde el ojo y existe la probabilidad de conservar la visión o parte de ella', explica la doctora Karen Goset, radioterapeuta de Clínica Alemana. La especialista destaca la comunicación entre todos los especialistas y que, de esta manera, se le puede dar una atención expedita y eficiente al paciente.

Diagnóstico sin biopsia

El melanoma coroideo es un tumor escaso en la población general, pero es el más común de los cánceres intraoculares en adultos. Los doctores Alejandro Siebert y Andrés Kychenthal, oftalmólogos de Clínica Alemana, afirman que no hay una explicación de la causa de este tipo de tumores en el ojo.

El tamaño y la ubicación condicionan los síntomas que sufre el afectado, los que se relacionan con alguna alteración en el campo visual o disminución de la agudeza de visión. 'Empecé a ver puntos negros. Eso es normal cuando se mira al sol, pero no todo el rato,' describe Mauricio López como los signos que lo llevaron a consultar.

Acudió donde el doctor Kychenthal, quien mediante un examen de fondo de ojo le descubrió un melanoma de 6 mm. Se le realizó una ecotomografía retinal y una resonancia que confirmó el diagnóstico. El oftalmólogo afirma que no se practican biopsias porque son tumores muy sensibles que al ser tocados pueden diseminarse y sólo con los exámenes clínicos se tiene alrededor de un 98% de precisión en el diagnóstico. En otros casos, el paciente puede no tener ningún síntoma y se detecta el tumor al revisar el fondo de ojo durante un chequeo de rutina.

Dependiendo del tamaño, localización y de varios signos clínicos, como el crecimiento en el tiempo, se puede determinar que sea necesario mantener el melanoma en observación y controlarlo regularmente, o practicar una braquiterapia o enucleación. Para cuando se opta por la sola inspección periódica, Clínica Alemana cuenta con un sistema fotográfico digital que permite tener las medidas exactas del tumor al igual que un poderoso ecógrafo, de uso exclusivo para Oftalmología.

Braquiterapia: etapa a etapa

Este tratamiento, que está orientado a conservar el ojo y en lo posible la visión, comprende básicamente tres etapas. En la primera se realiza una cirugía oftalmológica para colocar una placa en el ojo. En la segunda, el paciente queda por un periodo de 3 a 5 días en una pieza especialmente equipada y autorizada por la Comisión Chilena de Energía Nuclear para recibir la dosis adecuada de exposición del material radioactivo. En la tercera, se realiza otra intervención para extraer la lámina.

Los tumores chicos tienen una sobrevida de un 99% a los cinco años, ya sea recibiendo un tratamiento inmediato, como uno diferido después de ser observado. Los medianos tratados con braquiterapia logran conservar el globo ocular en un 85% de los casos sin diferencias en términos de sobrevida en comparación con los pacientes enucleados.

Los tumores chicos tienen una sobrevida de un 99% a los cinco años, ya sea recibiendo un tratamiento inmediato, como uno diferido después de ser observado. Los medianos tratados con braquiterapia logran conservar el globo ocular en un 85% de los casos sin diferencias en términos de sobrevida en comparación con los pacientes enucleados.

Previo a estas etapas, se fabrica la placa de acuerdo a las características del tumor. De ella se desprenden unos tubos por donde posteriormente se introduce, en la pieza especial, el iridio u otro material radioactivo. En un pabellón con anestesia general, el oftalmólogo sutura la placa a la esclera -parte exterior del globo ocular- justo en la zona que corresponde al melanoma, dejando los tubos hacia fuera del ojo, los cuales son protegidos del contacto por parte del paciente con un cono.

Después, el paciente es llevado a escáner, donde se adquieren imágenes precisas del ojo. Éstas son enviadas en forma electrónica al computador de Radioterapia, que calcula la dosis que entregará el implante. El oncólogo radioterapeuta determina el tiempo requerido, la dosis y ubicación del iridio para atacar el tumor y proteger al máximo las estructuras nobles (nervio óptico y cristalino). El paciente es hospitalizado en la pieza especialmente acondicionada para enfermos en tratamientos radiactivos. El radioterapeuta introduce el iridio a través de los tubos de la placa y se deja al paciente por el tiempo determinado en aislamiento, con un régimen de visita especial y las medidas de seguridad adecuadas al caso en particular.

'Ese tiempo lo pasé medio dormido con sedantes y manteniendo los ojos cerrados, porque a pesar de que los tubos no duelen, sí molestan. Fueron duros esos días', cuenta Mauricio sobre su experiencia. Luego de extraer las guías de iridio en la pieza, se vuelve al pabellón para remover la placa y los tubos.

Los resultados definitivos del tratamiento se conocen a medida que pasan los meses en los controles, donde se revisa la evolución del tumor. 'En los primeros seis meses el tumor de Mauricio disminuyó de tamaño. Y eso es bueno', explica el doctor Kychenthal. En el último control realizado en mayo seguía reduciéndose.

Actualmente Mauricio tiene algunos síntomas menores que reflejan la complejidad de las cirugías a las que fue sometido, pero se siente afortunado por su estado: 'Yo trabajo observando imágenes y volví de la licencia una semana después del tratamiento. Al principio veía todo borroso con el ojo operado, así que me lo tapaba y ahora se ha estabilizado. Lo importante es que el tumor ha evolucionado bien. Hay que dar gracias a Dios por estas cosas... son un tirón de orejas que lleva a reflexionar sobre tu vida y a hacer cambios'.


Esta información es meramente informativa y no sustituye la opinión de un profesional de salud. Ante cualquier síntoma o molestia, te recomendamos consultar con tu médico. Además, ten en cuenta que, debido a la naturaleza cambiante de los temas tratados en este artículo, algunos conceptos pueden sufrir modificaciones desde la fecha original de la publicación.
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