Hipertiroidismo: Los excesos siempre hacen mal

03/02/2003
5 min lectura
Hipertiroidismo: Los excesos siempre hacen mal

Como explica el doctor Domínguez, lo más frecuente es que 'el origen del hipertiroidismo sea tiroideo y que alrededor del 90% de los casos de esta alteración se presenten con bocio, es decir, un aumento en el volumen de la glándula tiroidea'.

La enfermedad se puede presentar en dos condiciones. El hipertiroidismo clínico y el subclínico. 'Mientras en el clínico la TSH baja y la T3 y T4 suben, en el subclínico la TSH también esta frenado, pero los niveles de T3 y T4 se mantienen normales', explica el endocrinólogo. Por eso, 'la diferencia, es que en el segundo tipo, los síntomas se muestran con menor intensidad, es más difícil de diagnosticar y se presenta por lo general en personas de más edad'.

Aunque las causas de esta enfermedad son bastante variadas, a juicio del médico las más importantes son tres. El 95% de los casos se deriva de la enfermedad de Graves-Basedow, producida por anticuerpos anti receptores de TSH y que se caracteriza por hiperfunción de la glándula con un bocio difuso, la protrución o salida de los ojos y lesiones en la piel. Una segunda causa es el bocio tóxico multinodular y uninodular, que corresponde a la autonomía propia de la glándula tiroides. Y por último está la tiroiditis subaguda, que es una inflamación de la glándula, que puede ocurrir tras un embarazo o una enfermedad vírica, pudiendo llegar, en ambos casos a un estado temporal de hipertiroidismo.

 

Otras causas menos frecuentes son la tiroiditis crónica en fase hipertiroidea, la tiroxicosis facticia, el aporte exagerado de yodo y el tumor hipofisiario productor de TSH, donde aumenta no sólo esta hormona, sino que también la cantidad de T3 y T4 por estimulación excesiva del tiroides.

Cuando visitar al médico

El hipertiroidismo tiene varios síntomas que se pueden presentar en forma variable según la particularidad de cada paciente. Según el doctor Domínguez, es posible que la persona experimente 'baja de peso aunque mantenga sus niveles de apetito, taquicardia, temblores en las manos, falta de fuerzas musculares, un cuadro de creciente nerviosismo, con bastante irritabilidad; tendencia a la diarrea, sudoración excesiva e intolerancia al calor, que se relaciona con una sensación de piel caliente, aún cuando el individuo se encuentre en ambientes fríos'.

En las personas mayores, se puede dar lo que se denomina hipertiroidismo apático. En este cuadro, el paciente se muestra decaído, apático, desorientado y sin ganas de comer. Como a esta edad los cambios en el ritmo cardíaco son constantes, estos síntomas suelen no ser tomados en cuenta como una señal de alteraciones de la tiroides.

El endocrinólogo explica que también es posible que se produzca, en casos extremos, una tormenta tiroidea. Se trata de una aparición muy brusca y severa, de los síntomas ya señalados, pero además se presenta fiebre, sensación de debilidad, agitación extrema, falla cardiovascular, confusión mental, sopor y coma. Este fenómeno, que suele estar relacionado con otras enfermedades como infecciones y traumatismos, constituye una verdadera urgencia médica, pues sin un tratamiento adecuado y oportuno, el paciente puede morir.

Una vez que la persona llega con síntomas sugerentes de hipertiroidismo, el médico debe realizar una serie de exámenes para confirmar su sospecha clínica. 'Primero, se estudia la historia médica de la persona, si antes ya ha tenido problemas con la glándula tiroidea o si algún familiar padeció alguna de estas alteraciones. Luego, se le somete a un acucioso examen físico en el cual se constata el adelgazamiento del sujeto, la aceleración del ritmo cardíaco, los temblores, la piel húmeda, la presencia de exoftalmo u ojos salidos y la posibilidad de bocio, entre otros. Y en tercer lugar, el paciente es sometido a exámenes de laboratorio. Se miden los niveles de T3, T4 y TSH; se realiza la prueba de captación de yodo radioactivo, y se intenta detectar la enfermedad de Graves mediante la localización de anticuerpos anti receptor de TSH y eventualmente anticuerpos antitiroideos' explica el especialista.

En cuanto al tratamiento, este puede variar según cada persona y el origen de su enfermedad. Existen tres tratamientos principales para curar este mal. Si el especialista considera apropiado, pueden administrarse drogas antitiroideas, cuya función principal es frenar el tiroides, eliminando el exceso de hormonas tiroideas.

'El problema consiste en que después de un año de tratamiento, alrededor de un 40% de los pacientes vuelve a recaer en el hipertiroidismo. Entonces, las personas se desalientan, pierden la paciencia y prefieren procedimientos más drásticos' comenta el médico. Estos otros métodos son el uso de yodo radioactivo, que se emplea en el hipertiroidismo derivado de la enfermedad de Graves-Basedow y en bocios nodulares tóxicos, cuando fallan los fármacos. Su objetivo es destruir la glándula tiroides. Y también está la alternativa de la tiroidectomía en que a través de la cirugía se extirpa la glándula.

Por último, como señala el doctor Domínguez, 'después de cualquiera de estos tratamientos existe la posibilidad de que el paciente quede posteriormente con hipotiroidismo y precise entonces suplementos de hormona tiroidea'.

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No es una palabra habitual. No forma parte del léxico común y corriente. Ni siquiera puede decirse que la mayoría de las personas están capacitadas para hablar con propiedad sobre ella. Sin embargo, con el correr del tiempo el término tiroides parece estar más en boga que nunca. Y es que las enfermedades a la glándula tiroidea, entre ellas el hipertiroidismo, se han convertido en uno de los temas más recurrentes de las consultas médicas. De hecho, se estima que el 10% de la población femenina en Chile sufre de alguna alteración de la tiroides, especialmente entre los 30 y 40 años. Mientras que en los hombres las cifras son 6 ó 7 veces menores.

La glándula tiroides se encuentra ubicada en la parte anterior del cuello, bajo la manzana de Adán. Su tarea es generar hormonas que actúan sobre el metabolismo basal del cuerpo, estimulando la mayoría de las funciones corporales. Estas hormonas se denominan tiroxina (T4) y triyodotironina (T3). El órgano, cuya forma se asemeja a un escudo, se divide en dos lóbulos más o menos iguales, unidos por el istmo tiroideo y pesa alrededor de 20 gramos en las mujeres y 25 gramos en los hombres.

Para que la tiroides produzca y libere tiroxina, primero debe ser estimulada por otras hormonas: la TRH u hormona liberadora de tirotropina del hipotálamo. A su vez, ésta actúa sobre la hipófisis que libera la hormona estimuladora del tiroides o TSH, cuya tarea es excitar a la glándula tiroides para que genere tiroxina. Es una especie de termostato que activa o desconecta la actividad del tiroides.

El mecanismo es muy simple y de una precisión exquisita. Cuando el nivel de hormonas tiroideas baja en la sangre, la hipófisis lo detecta y aumenta la producción de TSH que estimula al tiroides para que produzca y libere más hormona tiroidea; cuando el nivel de hormonas tiroideas es alto, la hipófisis se frena, baja la TSH en la sangre y el tiroides ralentiza su actividad. Las enfermedades que afectan a la tiroides se deben fundamentalmente al aumento o disminución de esta hormona. También tiene incidencia el incremento del tamaño de la glándula o ambas variables.

Según el doctor Miguel Domínguez, endocrinólogo de Clínica Alemana, el hipertiroidismo se define como 'un exceso de producción de hormonas tiroideas circulantes, debido generalmente a un aumento de la función de la glándula tiroides'. El término, en opinión del especialista no debe ser confundido con la tirotoxicosis, pues 'aún cuando ella es una elevación de la tiroxina en la sangre, su causa puede estar en cualquier origen, incluso externo y no supone siempre el funcionamiento exagerado de la glándula'.

Como explica el doctor Domínguez, lo más frecuente es que 'el origen del hipertiroidismo sea tiroideo y que alrededor del 90% de los casos de esta alteración se presenten con bocio, es decir, un aumento en el volumen de la glándula tiroidea'.

La enfermedad se puede presentar en dos condiciones. El hipertiroidismo clínico y el subclínico. 'Mientras en el clínico la TSH baja y la T3 y T4 suben, en el subclínico la TSH también esta frenado, pero los niveles de T3 y T4 se mantienen normales', explica el endocrinólogo. Por eso, 'la diferencia, es que en el segundo tipo, los síntomas se muestran con menor intensidad, es más difícil de diagnosticar y se presenta por lo general en personas de más edad'.

Aunque las causas de esta enfermedad son bastante variadas, a juicio del médico las más importantes son tres. El 95% de los casos se deriva de la enfermedad de Graves-Basedow, producida por anticuerpos anti receptores de TSH y que se caracteriza por hiperfunción de la glándula con un bocio difuso, la protrución o salida de los ojos y lesiones en la piel. Una segunda causa es el bocio tóxico multinodular y uninodular, que corresponde a la autonomía propia de la glándula tiroides. Y por último está la tiroiditis subaguda, que es una inflamación de la glándula, que puede ocurrir tras un embarazo o una enfermedad vírica, pudiendo llegar, en ambos casos a un estado temporal de hipertiroidismo.

 

Otras causas menos frecuentes son la tiroiditis crónica en fase hipertiroidea, la tiroxicosis facticia, el aporte exagerado de yodo y el tumor hipofisiario productor de TSH, donde aumenta no sólo esta hormona, sino que también la cantidad de T3 y T4 por estimulación excesiva del tiroides.

Cuando visitar al médico

El hipertiroidismo tiene varios síntomas que se pueden presentar en forma variable según la particularidad de cada paciente. Según el doctor Domínguez, es posible que la persona experimente 'baja de peso aunque mantenga sus niveles de apetito, taquicardia, temblores en las manos, falta de fuerzas musculares, un cuadro de creciente nerviosismo, con bastante irritabilidad; tendencia a la diarrea, sudoración excesiva e intolerancia al calor, que se relaciona con una sensación de piel caliente, aún cuando el individuo se encuentre en ambientes fríos'.

En las personas mayores, se puede dar lo que se denomina hipertiroidismo apático. En este cuadro, el paciente se muestra decaído, apático, desorientado y sin ganas de comer. Como a esta edad los cambios en el ritmo cardíaco son constantes, estos síntomas suelen no ser tomados en cuenta como una señal de alteraciones de la tiroides.

El endocrinólogo explica que también es posible que se produzca, en casos extremos, una tormenta tiroidea. Se trata de una aparición muy brusca y severa, de los síntomas ya señalados, pero además se presenta fiebre, sensación de debilidad, agitación extrema, falla cardiovascular, confusión mental, sopor y coma. Este fenómeno, que suele estar relacionado con otras enfermedades como infecciones y traumatismos, constituye una verdadera urgencia médica, pues sin un tratamiento adecuado y oportuno, el paciente puede morir.

Una vez que la persona llega con síntomas sugerentes de hipertiroidismo, el médico debe realizar una serie de exámenes para confirmar su sospecha clínica. 'Primero, se estudia la historia médica de la persona, si antes ya ha tenido problemas con la glándula tiroidea o si algún familiar padeció alguna de estas alteraciones. Luego, se le somete a un acucioso examen físico en el cual se constata el adelgazamiento del sujeto, la aceleración del ritmo cardíaco, los temblores, la piel húmeda, la presencia de exoftalmo u ojos salidos y la posibilidad de bocio, entre otros. Y en tercer lugar, el paciente es sometido a exámenes de laboratorio. Se miden los niveles de T3, T4 y TSH; se realiza la prueba de captación de yodo radioactivo, y se intenta detectar la enfermedad de Graves mediante la localización de anticuerpos anti receptor de TSH y eventualmente anticuerpos antitiroideos' explica el especialista.

En cuanto al tratamiento, este puede variar según cada persona y el origen de su enfermedad. Existen tres tratamientos principales para curar este mal. Si el especialista considera apropiado, pueden administrarse drogas antitiroideas, cuya función principal es frenar el tiroides, eliminando el exceso de hormonas tiroideas.

'El problema consiste en que después de un año de tratamiento, alrededor de un 40% de los pacientes vuelve a recaer en el hipertiroidismo. Entonces, las personas se desalientan, pierden la paciencia y prefieren procedimientos más drásticos' comenta el médico. Estos otros métodos son el uso de yodo radioactivo, que se emplea en el hipertiroidismo derivado de la enfermedad de Graves-Basedow y en bocios nodulares tóxicos, cuando fallan los fármacos. Su objetivo es destruir la glándula tiroides. Y también está la alternativa de la tiroidectomía en que a través de la cirugía se extirpa la glándula.

Por último, como señala el doctor Domínguez, 'después de cualquiera de estos tratamientos existe la posibilidad de que el paciente quede posteriormente con hipotiroidismo y precise entonces suplementos de hormona tiroidea'.


Esta información es meramente informativa y no sustituye la opinión de un profesional de salud. Ante cualquier síntoma o molestia, te recomendamos consultar con tu médico. Además, ten en cuenta que, debido a la naturaleza cambiante de los temas tratados en este artículo, algunos conceptos pueden sufrir modificaciones desde la fecha original de la publicación.
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