Espasmo esofágico difuso: El pseudoinfarto?

09/03/2006
2 min lectura
Espasmo esofágico difuso: El pseudoinfarto?

El doctor Sáenz explica que el espasmo esofágico es una causa frecuente de consulta en los servicios de urgencias. Incluso, a dos de cada diez pacientes que llegan con síntomas de crisis cardiaca, finalmente se les diagnostica este trastorno en el esófago.

'Una vez que la persona ingresa con estos síntomas, el trabajo de los médicos es descartar lo más grave, es decir, una complicación cardiaca', advierte.

Esto, porque si bien el espasmo esofágico difuso presenta muchas molestias y debido a ello empeora la calidad de vida de quienes lo sufren, no presenta un riesgo mayor para la salud de las personas.

Si los exámenes de rigor que descartan patologías al corazón, como el electrocardiograma o un estudio de enzimas, resultan normales, es decir, no muestran problemas cardiacos, se puede comenzar a pensar en un espasmo esofágico.

¿Qué hacer?
El doctor Sáenz señala que para diagnosticar un espasmo esofágico difuso se realiza una endoscopía. Con este examen se logra determinar si existen problemas asociados a esta afección, como úlceras, elementos que sugieran reflujo gastroesofágico o esofagitis.

Una medición aún más específica es la manometría, destinada a medir las ondas de presión de los movimientos del esófago.

Una vez diagnosticado el problema, hay que preocuparse del tratamiento, que en la mayoría de las ocasiones está destinado sólo a controlar los episodios. Para esto se utilizan vasodilatadores -como los nitritos o bloqueadores de canales del calcio- y se recomienda a los pacientes llevarlos siempre para usarlos en caso de presentar una crisis.

Si éstas son muy frecuentes y se manifiestan con gran dolor, lo que se convierte en un serio problema para el paciente, hay tratamientos destinados a prevenir los episodios. Esto se realiza con medicamentos vasodilatadores recetados por el especialista. Sin embargo, el doctor Sáenz explica que los resultados no siempre son satisfactorios.

Otra alternativa es tratar de evitar una de las causas del espasmo: el reflujo. Esto mediante el uso permanente de bloqueadores del ácido y con una dieta que no contenga alimentos picantes, alcohol o café, entre otros. También se debe evitar comer muy tarde en las noches.

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Un fuerte dolor en el pecho, dificultad para respirar y tensión que se pasa a cuello, brazos y hombros. Todo hace pensar que se trata de un ataque cardiaco, pero en ocasiones esta sintomatología tiene otra causa: el espasmo esofágico difuso.

Esta patología es una alteración motora del músculo liso del esófago, caracterizada por múltiples contracciones repetidas, de carácter espontáneo. A esto le acompañan contracciones de gran amplitud, repetidas y de larga duración que suelen aparecer con la deglución.

Los espasmos pueden darse con mayor o menor frecuencia dependiendo del paciente. Entre las principales causas están los problemas con la deglución que originan los movimientos del esófago.

Junto con esto, hay factores de tensión que pueden originar esta situación. Es decir, muchas veces puede ser la manifestación de angustia o de problemas nerviosos.

El doctor Roque Sáenz, jefe del Servicio de Gastroenterología de Clínica Alemana, explica que esta patología, al presentar grandes similitudes con el infarto al corazón, hace que los pacientes que la sufren por primera vez, al no conocerla, piensen que se trata de un problema cardiaco.

'Una de las causas de por qué los síntomas entre ambas enfermedades son tan similares, es que en las dos se ve involucrada la misma inervación (los mismos nervios)', señala el especialista.

El doctor Sáenz explica que el espasmo esofágico es una causa frecuente de consulta en los servicios de urgencias. Incluso, a dos de cada diez pacientes que llegan con síntomas de crisis cardiaca, finalmente se les diagnostica este trastorno en el esófago.

'Una vez que la persona ingresa con estos síntomas, el trabajo de los médicos es descartar lo más grave, es decir, una complicación cardiaca', advierte.

Esto, porque si bien el espasmo esofágico difuso presenta muchas molestias y debido a ello empeora la calidad de vida de quienes lo sufren, no presenta un riesgo mayor para la salud de las personas.

Si los exámenes de rigor que descartan patologías al corazón, como el electrocardiograma o un estudio de enzimas, resultan normales, es decir, no muestran problemas cardiacos, se puede comenzar a pensar en un espasmo esofágico.

¿Qué hacer?
El doctor Sáenz señala que para diagnosticar un espasmo esofágico difuso se realiza una endoscopía. Con este examen se logra determinar si existen problemas asociados a esta afección, como úlceras, elementos que sugieran reflujo gastroesofágico o esofagitis.

Una medición aún más específica es la manometría, destinada a medir las ondas de presión de los movimientos del esófago.

Una vez diagnosticado el problema, hay que preocuparse del tratamiento, que en la mayoría de las ocasiones está destinado sólo a controlar los episodios. Para esto se utilizan vasodilatadores -como los nitritos o bloqueadores de canales del calcio- y se recomienda a los pacientes llevarlos siempre para usarlos en caso de presentar una crisis.

Si éstas son muy frecuentes y se manifiestan con gran dolor, lo que se convierte en un serio problema para el paciente, hay tratamientos destinados a prevenir los episodios. Esto se realiza con medicamentos vasodilatadores recetados por el especialista. Sin embargo, el doctor Sáenz explica que los resultados no siempre son satisfactorios.

Otra alternativa es tratar de evitar una de las causas del espasmo: el reflujo. Esto mediante el uso permanente de bloqueadores del ácido y con una dieta que no contenga alimentos picantes, alcohol o café, entre otros. También se debe evitar comer muy tarde en las noches.


Esta información es meramente informativa y no sustituye la opinión de un profesional de salud. Ante cualquier síntoma o molestia, te recomendamos consultar con tu médico. Además, ten en cuenta que, debido a la naturaleza cambiante de los temas tratados en este artículo, algunos conceptos pueden sufrir modificaciones desde la fecha original de la publicación.
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