Oídos: qué pasa cuando el tímpano se perfora

03/04/2017
3 min lectura
Oídos: qué pasa cuando el tímpano se perfora

 

Perforación por otitis

 

La rotura del tímpano puede ser transitoria, como ocurre en una otitis media aguda, donde el este puede perforarse y luego cerrar espontáneamente sin dejar secuelas. Sin embargo, en ocasiones esta lesión se hace permanente y es necesario recurrir a un tratamiento quirúrgico para cerrarla.

El especialista sostiene que cuando ocurre por otitis, es necesario diferenciar dos situaciones. 'En la clásica otitis media aguda que se produce como consecuencia de un resfrío, el oído se siente tapado por la acumulación de un líquido purulento en el oído medio, cada vez con mayor presión -por eso duele- hasta que se vence la resistencia timpánica y este se perfora, entonces sale pus y el oído se descomprime. En la mayoría de los casos, este agujero se cierra solo y no deja secuelas'.

En cambio, cuando se trata de una otitis media crónica la perforación es permanente y puede crecer con el tiempo si se producen infecciones reiteradas, por lo que generalmente es necesario recurrir a un procedimiento quirúrgico para solucionarlo y prevenir posibles complicaciones.

 

Perforación por traumatismo

 

Respecto a la ruptura timpánica por un golpe, esto puede ocurrir por un traumatismo directo sobre el oído -como una palmada-, o por la introducción de algún objeto punzante que sea capaz de llegar hasta el fondo del conducto auditivo y romper el tímpano.

En el primer caso, lo que sucede es que el aire que está dentro del conducto es empujado violentamente con la palma logrando vencer su resistencia.

Asimismo, también la perforación se puede ocasionar al limpiarse los oídos con un cotonito o al jugar los niños con un objeto punzante. En forma accidental, este objeto puede penetrar bruscamente al oído y romper el tímpano. 'Cuando esto ocurre es doloroso, muchas veces el oído sangra y, habitualmente, el paciente se queja de que oye menos. Esta sensación es real, ya que al perforarse el tímpano disminuye su superficie y se transmite menos la vibración del sonido', explica el doctor Bonilla.

Para realizar el diagnóstico, el especialista realiza una otoscopía, que consiste en examinar el tímpano y verificar su estado. Generalmente, la persona consulta porque ha disminuido su audición o porque con frecuencia presenta supuración del oído. Sin embargo, en pocas ocasiones no hay síntomas y el tímpano roto solo es detectado en una consulta de rutina.

El otorrinolaringólogo afirma que 'lo normal es que esta perforación se manifieste de alguna forma. Lo más habitual es que presente repetidas infecciones ante la entrada de agua en el oído, después de ducharse o bañarse en una piscina, ya que la entrada de agua arrastra gérmenes al interior, lo infecta y supura, generalmente sin dolor'.

Respecto del tratamiento, que es igual para niños y adultos, la primera parte está destinada a controlar la infección, habitualmente con gotas óticas. Luego, es necesario proteger permanentemente el oído para evitar que entre agua y así prevenir que se reinfecte. Después de un tiempo prudente -que será determinado por el otorrinolaringólogo- si la perforación no cierra en forma espontánea, el paciente debe ser sometido a una operación.

'Esta cirugía se denomina timpanoplastía y consiste en colocar un injerto que se incorpore al tímpano y reemplace la parte que falta. Este tejido se obtiene de una zona cercana al oído del mismo paciente. Con este procedimiento quirúrgico, la persona puede volver a mojarse el oído en forma normal y, generalmente, la audición se recupera, pero por sobre todo, se evitan algunas complicaciones que pueden llegar a ser muy graves, como por ejemplo meningitis y parálisis facial, entre otras', explica el doctor Bonilla.

Sin embargo, a veces, producto de repetidas infecciones o como consecuencia del traumatismo, puede existir además una lesión de la cadena de huesecillos que está adentro del oído medio, lo que hace necesario repararla en la misma cirugía.

El especialista asegura que después del tratamiento, la probabilidad de que el tímpano se vuelva a perforar es de entre 10 y 15%. No obstante, en algunos casos, por condiciones propias del paciente, hay más riesgo de que esto suceda. En esta situación, se puede repetir el procedimiento quirúrgico y lograr exitosos resultados, con el mismo buen pronóstico de la primera cirugía.

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El antiguo truco en que un hombre aspira humo de un cigarrillo y lo bota por el oído, si bien parece magia, puede ser la demostración de que el tímpano está perforado. Lo mismo ocurre cuando alguien, por indicación médica, se aplica gotas en el oído y percibe su sabor en la garganta.

El doctor Gonzalo Bonilla, otorrinolaringólogo de Clínica Alemana, explica que 'la otitis media crónica y los traumatismos son las principales causas por las que el tímpano puede llegar a romperse'.

 

Perforación por otitis

 

La rotura del tímpano puede ser transitoria, como ocurre en una otitis media aguda, donde el este puede perforarse y luego cerrar espontáneamente sin dejar secuelas. Sin embargo, en ocasiones esta lesión se hace permanente y es necesario recurrir a un tratamiento quirúrgico para cerrarla.

El especialista sostiene que cuando ocurre por otitis, es necesario diferenciar dos situaciones. 'En la clásica otitis media aguda que se produce como consecuencia de un resfrío, el oído se siente tapado por la acumulación de un líquido purulento en el oído medio, cada vez con mayor presión -por eso duele- hasta que se vence la resistencia timpánica y este se perfora, entonces sale pus y el oído se descomprime. En la mayoría de los casos, este agujero se cierra solo y no deja secuelas'.

En cambio, cuando se trata de una otitis media crónica la perforación es permanente y puede crecer con el tiempo si se producen infecciones reiteradas, por lo que generalmente es necesario recurrir a un procedimiento quirúrgico para solucionarlo y prevenir posibles complicaciones.

 

Perforación por traumatismo

 

Respecto a la ruptura timpánica por un golpe, esto puede ocurrir por un traumatismo directo sobre el oído -como una palmada-, o por la introducción de algún objeto punzante que sea capaz de llegar hasta el fondo del conducto auditivo y romper el tímpano.

En el primer caso, lo que sucede es que el aire que está dentro del conducto es empujado violentamente con la palma logrando vencer su resistencia.

Asimismo, también la perforación se puede ocasionar al limpiarse los oídos con un cotonito o al jugar los niños con un objeto punzante. En forma accidental, este objeto puede penetrar bruscamente al oído y romper el tímpano. 'Cuando esto ocurre es doloroso, muchas veces el oído sangra y, habitualmente, el paciente se queja de que oye menos. Esta sensación es real, ya que al perforarse el tímpano disminuye su superficie y se transmite menos la vibración del sonido', explica el doctor Bonilla.

Para realizar el diagnóstico, el especialista realiza una otoscopía, que consiste en examinar el tímpano y verificar su estado. Generalmente, la persona consulta porque ha disminuido su audición o porque con frecuencia presenta supuración del oído. Sin embargo, en pocas ocasiones no hay síntomas y el tímpano roto solo es detectado en una consulta de rutina.

El otorrinolaringólogo afirma que 'lo normal es que esta perforación se manifieste de alguna forma. Lo más habitual es que presente repetidas infecciones ante la entrada de agua en el oído, después de ducharse o bañarse en una piscina, ya que la entrada de agua arrastra gérmenes al interior, lo infecta y supura, generalmente sin dolor'.

Respecto del tratamiento, que es igual para niños y adultos, la primera parte está destinada a controlar la infección, habitualmente con gotas óticas. Luego, es necesario proteger permanentemente el oído para evitar que entre agua y así prevenir que se reinfecte. Después de un tiempo prudente -que será determinado por el otorrinolaringólogo- si la perforación no cierra en forma espontánea, el paciente debe ser sometido a una operación.

'Esta cirugía se denomina timpanoplastía y consiste en colocar un injerto que se incorpore al tímpano y reemplace la parte que falta. Este tejido se obtiene de una zona cercana al oído del mismo paciente. Con este procedimiento quirúrgico, la persona puede volver a mojarse el oído en forma normal y, generalmente, la audición se recupera, pero por sobre todo, se evitan algunas complicaciones que pueden llegar a ser muy graves, como por ejemplo meningitis y parálisis facial, entre otras', explica el doctor Bonilla.

Sin embargo, a veces, producto de repetidas infecciones o como consecuencia del traumatismo, puede existir además una lesión de la cadena de huesecillos que está adentro del oído medio, lo que hace necesario repararla en la misma cirugía.

El especialista asegura que después del tratamiento, la probabilidad de que el tímpano se vuelva a perforar es de entre 10 y 15%. No obstante, en algunos casos, por condiciones propias del paciente, hay más riesgo de que esto suceda. En esta situación, se puede repetir el procedimiento quirúrgico y lograr exitosos resultados, con el mismo buen pronóstico de la primera cirugía.


Esta información es meramente informativa y no sustituye la opinión de un profesional de salud. Ante cualquier síntoma o molestia, te recomendamos consultar con tu médico. Además, ten en cuenta que, debido a la naturaleza cambiante de los temas tratados en este artículo, algunos conceptos pueden sufrir modificaciones desde la fecha original de la publicación.
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