No para todo el mundo manejar objetos pequeños con las manos o sentarse a escribir una carta es algo tan sencillo como parece. Para algunas personas realizar este tipo de actividades cotidianas pueden ser un suplicio por culpa de la exagerada sudoración palmar de la que son víctimas.
La hiperhidrosis es una alteración del mecanismo de regulación de la temperatura corporal, que hace que las palmas de las manos, las plantas de los pies, las axilas u otras partes del cuerpo, transpiren en forma exagerada. Esto acarrea grandes problemas para las personas que lo sufren, tanto sociales como laborales. Por ejemplo, hay quienes no se atreven a dar la mano, otros se ven obligados a cambiarse la camisa después de una reunión de directorio, también hay arquitectos que mojan sus planos y enfermeras o secretarias que no pueden manipular papeles.
Se producen serias frustraciones y alteración de las relaciones interpersonales e incluso influye en la elección de carreras u oficios y en las relaciones de pareja. Las personas que no la padecen, difícilmente pueden comprender la magnitud del problema.
Generalmente los pacientes que presentan hiperhidrosis, han probado una serie de tratamientos dermatológicos para disminuir la sudoración. Pomadas, cremas, desodorantes y hasta Toxina botulínica son algunos de los tratamientos que se encuentran disponibles, pero de acuerdo a la experiencia, son en general bastante costosos, limitados a casos leves y no otorgan una solución definitiva al problema.
La hiperhidrosis se presenta entre un 0,6 a 0,8 por ciento de la población mundial, y se incrementa en algunos países, especialmente asiáticos, en los que puede llegar hasta un 1 ó un 2 por ciento. Por eso una vez que se prueban distintos tratamientos sin buenos resultados, la opción quirúrgica aparece como una buena alternativa.