Cuando las luces provocan ataques

La epilepsia fotosensible, a comparación de la epilepsia habitual, no presenta una falla intracerebral, sino que se produce sólo con la acción de ciertos estímulos luminosos.

Por Clinica Alemana feb. 25, 2004, 17:16

La luz estroboscópica de las discotecas, ver televisión muy de cerca y los juegos electrónicos como el Playstation, se conocen como factores precipitantes de una patología que se da principalmente en niños y adolescentes: la epilepsia fotosensible.

Como explica el doctor Daniel Galdames, neurólogo especialista en epilepsia de Clínica Alemana, la diferencia con la epilepsia habitual, que también puede desencadenarse por estímulos fotosensibles, es que en ésta no hay una falla intracerebral que la favorezca, sino que se produce sólo con la acción de ciertos estímulos luminosos.

Esta enfermedad se puede presentar debido a ciertos patrones de estímulo, como la forma que tenga la luz (triangular, ovalada, etc.) o cuando ésta cambia en intensidad. El afectado no siempre sufre convulsiones, sino que habitualmente padece de saltos, llamados mioclonías. 'Éstos se dan junto con la caída de objetos, lo que hace que la persona aparezca como torpe', asegura el neurólogo.

El diagnóstico de la epilepsia es fundamentalmente clínico, es decir, se buscan las circunstancias en que se da para encontrar coincidencias frente a ciertos estímulos luminosos. Además, se realiza un examen complementario llamado electroencefalograma (EEG).

Desde la casa, el paciente se puede dar cuenta por las situaciones en que se produce la crisis, ya que lo asocia rápidamente al estímulo lumínico. 'La primera vez puede ser una mera coincidencia, pero deja de serlo si la crisis se repite. Por eso uno le pregunta en qué circunstancias le da este fenómeno episódico que presuntamente es epilepsia', señala el especialista.

'La primera indicación siempre es el ácido valproico, al que la mayoría responde bien. Sin embargo, si no hay resultados existen otras tres alternativas', especifica el doctor Galdames.

El problema es que a algunas personas estos medicamentos les provocan efectos secundarios, como la alteración del apetito, caída del pelo, temblor fino de las manos, y, en dosis muy alta, puede haber alteración de la coagulación.

El médico menciona que, además de esta droga, se les enseñan ciertas medidas, como ver televisión con la luz prendida y a dos metros de distancia, y al acercarese a ella taparse un ojo. Las pantallas, tanto del televisor como de los juegos de video, no debieran ser muy grandes: doce pulgadas es lo óptimo.

De acuerdo con el neurólogo, al paciente que tiene epilepsia fotosensible no se le contraindican los juegos de computación, ni ver la televisión, ni ir a una discoteca, porque se intenta no aislarlo de la sociedad. Se trata de manejarlo de tal modo que la epilepsia no interfiera con su vida habitual. Es por eso, que dependiendo del caso, se recomienda evitar los estímulos que pueden desarrollar una crisis epiléptica.