Distonía del músico: Cuando la interpretación se escapa de las manos

Por Clinica Alemana dic. 5, 2011, 21:00

Después de años dedicado de manera intensa e incluso obsesiva a la música, Robert Schumann comenzó a sentir que, al tocar el piano, sus dedos ya no le obedecían. La imposibilidad física de interpretar, incluso piezas de su repertorio habitual, se convirtió en una pesadilla.

Este es uno de los casos más emblemáticos de distonía del músico, un trastorno neurológico que consiste en la pérdida del control de la coordinación de los dedos de la mano, además de sensación de rigidez y disminución de la velocidad y, en algunos casos, también de la fuerza.

Para alguien que ha consagrado su vida a la ejecución de un instrumento, esto no sólo puede acabar con su proyección como artista, sino que también afectar las relaciones con su entorno, dado que sus vínculos familiares, afectivos y sociales se han dado en este contexto. Por eso que el impacto sobre la identidad, la autoestima y la historia personal es muy profundo en la mayoría de los casos. Esto hace necesario que el problema sea abordado de forma integral.

Por eso, Clínica Alemana cuenta con un equipo multidisciplinario especializado en el tratamiento de estos pacientes, iniciativa única a nivel nacional. El doctor Pedro Chaná, neurólogo especialista en trastornos del movimiento, quien está a cargo de esta área, explica que si bien esta enfermedad afecta a muy pocas personas, está presente en casi todas las orquestas profesionales, de hecho, lo sufre entre el 1 y 6% de sus integrantes.

“Como se desarrolla con el tiempo, generalmente se manifiesta entre los 30 y 40 años, y afecta más a quienes tocan instrumentos de cuerda. Acá ya hemos tratado a alrededor de 20 guitarristas, además violinistas y pianistas, todos con muy buenos resultados”, precisa el doctor Chaná.

Tratamiento integral
El equipo médico de Clínica Alemana encargado de abordar este trastorno del movimiento está integrado por neurólogos, kinesiólogos, terapeutas ocupacionales y psicólogos.

Marcela León, kinesióloga especializada en estos casos, explica que la rehabilitación contempla varias fases. La primera es una detallada evaluación, luego hay un proceso de desprogramación, es decir, un “borrón y cuenta nueva”, retroceder y practicar patrones de movimiento desde cero para la reorganizar la actividad muscular y la postura. Después viene la reprogramación, o sea, se inicia la práctica con piezas musicales, comenzando con ritmos lentos.

La última etapa es la práctica musical. Aquí, el paciente vuelve a tocar de acuerdo a su actividad muscular; éste es un proceso progresivo. Gran parte de la rehabilitación se hace frente al instrumento. “Cuando se recuperan, los pacientes nos dicen que para ellos volver a tocar es como correr con zapatillas nuevas. Es ejecutar el mismo instrumento, pero de un modo distinto, poniendo atención de otros muchos aspectos de su corporalidad”, concluye Marcela León.

 

¿Cómo prevenir la distonía del músico? Valor Programa 2011
Los músicos suelen ser muy exigentes, metódicos y perfeccionistas, lo que se traduce en un entrenamiento musical de entre seis y ocho horas diarias. Esta actividad repetitiva, mantenida por largo tiempo, hace que la corteza cerebral se modifique.

“Los movimientos son tan rápidos y sostenidos en el tiempo que llevan al límite la fisiología, ‘confunden al cerebro’. Primero, la persona percibe que no está interpretando bien la pieza musical, que no suena bien, y luego nota que el movimiento que hace no es el adecuado. Esto, poco a poco va empeorando”, explica el doctor Chaná.

Por eso, Marcela León es enfática al recalcar que lo mejor es prevenir. “Instamos a los músicos que tienen factores de riesgo -como historia de dolor en la ejecución musical o posterior a la práctica; tendinitis a repetición o fatiga muscular- a comenzar un plan de prevención enfocado a mejorar el desempeño corporal en esta tarea de alto rendimiento: en esto hemos obtenido muy buenos resultados en un corto periodo”, asegura.

 


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