¡Mi noche es una pesadilla!

Las pesadillas están clasificadas como un trastorno del sueño según la Asociación Americana de Psiquiatría.

Por Clinica Alemana ago. 21, 2012, 20:00

Las pesadillas están clasificadas como un trastorno del sueño según la Asociación Americana de Psiquiatría. Ocurren cuando se duerme y producen fuertes sentimientos de miedo, terror, angustia o ansiedad. Generalmente, se presentan en la segunda parte de la noche y despiertan a la persona, la que es capaz de recordar todo.

 

Son más comunes en la infancia y se vuelven menos frecuentes en la edad adulta, etapa en que se presenta en alrededor del 50% de las personas de manera ocasional, siendo más frecuente en las mujeres.

 

La psicóloga de Clínica Alemana Solange Anuch explica que las causas más comunes son ansiedad y estrés. “En la mayoría de los casos, hay un gran evento en la vida antes de la pesadilla, al parecer, el aparato psicológico se ve saturado para manejar la variedad e intensidad de estímulos a los que está expuesto, por lo que se representan en pesadillas con la misma carga emocional negativa con que se está llevando el día a día”, sostiene.

 

La especialista agrega que otras causas son abstinencia de alcohol de manera súbita o consumo en exceso, muerte de un ser querido (luto), suspensión reciente de un medicamento -como píldoras para dormir- o bien un efecto secundario de algún remedio; trastornos del sueño (por ejemplo, narcolepsia, terror nocturno y apnea del sueño) y comer antes de ir a dormir (aumenta el metabolismo del cuerpo y la actividad cerebral).

 

Las personas con más probabilidades de sufrir pesadillas son aquellas que están emocionalmente sobrepasadas, expresando este desbalance psicológico mediante los sueños. Es frecuente también que se presenten como síntoma luego de padecer estrés post traumático.

 

Cuando las pesadillas son recurrentes es posible que se trate de algún malestar físico o psicológico. “El contenido podría apuntar de manera simbólica al conflicto que la persona vive. Por ejemplo, son comunes las caídas interminables, las persecuciones, las muertes terroríficas y las pérdidas y abandonos trágicos de seres queridos”, enfatiza.

 

Lo importante es que la persona consulte a un especialista cuando experimente un deterioro significativo en las actividades laborales, familiares y sociales producto de esto. El tratamiento requiere de un trabajo interdisciplinario que integra aspectos neurobiológicos y psicósociales. Las intervenciones pueden ser farmacológicas, conductuales, sistémicas o ambientales.

 

Recomendaciones

-Revisar el estilo de vida. Si está bajo estrés importante por mucho tiempo, pedir apoyo de amigos y familiares.
-Realizar actividad física, pero no antes de acostarse.
-Llevar a cabo actividades recreativas y pasatiempos.
-Reducir la cafeína y el alcohol.
-Practicar relajación, yoga, meditación y escuchar música tranquila.
-Evitar comer en exceso antes de ir a dormir.

Unidad de Psiquiatría

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