Ojo con el acoso sexual

Por Clinica Alemana ago. 9, 2012, 20:00

Por definición, la palabra acoso se usa para describir una situación de acecho o intimidación persistente, en la que un agresor busca poseer, dominar o infringir daño físico o emocional a otra persona (víctima). Los principales tipos que existen son laboral o mobbing, escolar o bullyng, y sexual.

Este último corresponde a cualquier manifestación enfática sobre el sexo de una persona, ya sea física o verbalmente, o por insinuación. La doctora Paz Robledo, adolescentóloga de Clínica Alemana, explica que la principal característica de esta conducta es que es unilateral, es decir, impuesta por el agresor y no deseada por la víctima. Además, puede ocurrir en cualquier lugar: colegio, fiesta, vecindario, etc.

Algunas manifestaciones:
  • Contacto físico: agarrones, pellizcones, besos forzados o toqueteos en alguna parte del cuerpo.
  • Comentarios sexuales: apodos, rumores, bromas y gestos de índole sexual hacia alguien.
  • Proposiciones sexuales: sugerencias de encuentros íntimos o citas amorosas, de manera repetida, aunque la persona se haya negado.
  • Comunicación indeseada: llamadas telefónicas, cartas o correos electrónicos con contenido grosero o amenazante, acogedor o elogioso, pero incómodos para el destinatario.
Víctimas

El acoso sexual suele ocurrirle a mujeres, pero los hombres también pueden resultar afectados por esta conducta. Además, tampoco se limita a las personas de la misma edad.

Agrega, que el coqueteo entre un adulto y un adolescente no es normal ni aceptable, pues en una relación normal se espera igualdad de condiciones emocionales y cognitivas, de lo contrario, se puede transformar en una forma de abuso por asimetría de poder.

Las consecuencias

Las víctimas de acoso sexual pueden manifestar enojo, vergüenza, frustración, temor o depresión; imposibilidad de detener el acoso y desesperanza de que se pueda tomar alguna acción; inconformidad consigo misma; temor de que su reputación se vea dañada; dolor de cabeza o estómago, y problemas de sueño o alimentación, y trastornos ansiosos e, incluso, depresivos.

Qué hacer frente al acoso

La primera recomendación de la doctora Robledo, es que la víctima nunca se sienta culpable ni responsable. “En las situaciones de acoso, el problema no lo presenta el afectado, sino el agresor”, sostiene. En segundo lugar, debe expresar claramente la molestia frente al victimario y pedirle que termine con su conducta. Por último, si este sigue acosándola, debe activar la red de protección. Para eso, la víctima puede:

  • Contarle a algún familiar de confianza lo que le está sucediendo, para que la acoja y acompañe en las medidas a tomar.

  • Contarle a los amiga/os, para que la defiendan y cuiden frente al acoso de la otra persona. Incluso, pueden definir estrategias para nuevos encuentros a solas con la persona agresora.

  • Si la persona que acosa es un compañero/a de curso u otro profesor, hacer la denuncia ante el profesor jefe y/o inspector del colegio.

  • Solicitar evaluación y apoyo profesional, de manera de sentirse lo más fuerte posible para enfrentar esta situación de estrés.


Unidad de Adolescencia

Teléfono: 2101210