Cuando surgen las primeras palabras

Por Clinica Alemana mar. 10, 2014, 21:00

Al comienzo su principal forma de comunicarse es el llanto, luego vienen los balbuceos hasta que se escucha el esperado “mamá” o “papá”. Las primeras palabras son claramente uno de los hitos más importantes en el proceso de desarrollo de un niño.

De acuerdo al doctor Marcos Manríquez, neurólogo infantil de Clínica Alemana, el desarrollo del lenguaje se produce en un contexto de estimulación global del niño.

“Los juegos de imitación de sonidos antes del año son experiencias tempranas básicas para dar pie a las primeras palabras. Hablarle al niño en forma permanente tratando de captar su atención (contacto visual), explicarle lo que se está haciendo y cantarle, son formas de estimulación que deben darse en un contexto de conexión afectiva”, añade.

Las primeras palabras con significado surgen, generalmente, alrededor de los 12 meses, produciéndose un aumento progresivo. A los 18 meses se alcanzan 50 palabras aproximadamente y a los dos años 200.

“Como premisa básica, un niño que a los dos años no habla, debe ser evaluado por un especialista. No existe una forma simple para diferenciar a menores que tienen un retraso simple del habla de aquellos que tienen un trastorno más importante. Muchas veces, solo la evolución en el tiempo nos da el diagnóstico definitivo”, precisa.

Sin embargo, hay ciertas pistas que pueden dar luces de que existe un problema. En el caso de un niño de un año, una señal es que no responda a su nombre, no diga palabras ni siga órdenes simples como 'dame' o 'toma', por ejemplo.

En un niño de 18 meses, es motivo para preocuparse si no pronuncia palabras o diga muy pocas (menos de 10 aproximadamente) y, además, que no comprenda órdenes simples, no identifique objetos de uso habitual o no sepa las partes del cuerpo.

El doctor Manríquez sostiene que, en estos casos, lo primero que se debe hacer es consultar con un especialista para que el niño sea evaluado con el fin de determinar la causa de su retraso, que puede ser un trastorno específico del lenguaje, autismo, retraso global del desarrollo, hipoacusia u entre otros.

“Lo importante es definir un plan de estudio y tratamiento. Este último se recomienda que sea precoz, intensivo y en muchos casos multidisciplinario. Esto ayudará a la contención de los padres y a un mejor pronóstico del niño”, concluye.