¿Cómo manejar las rabietas de los niños?

No existe un recetario específico para el manejo de las rabietas, pero sí hay algunos principios que los padres pueden aplicar estando correctamente informados.

Por César Riquelme abr. 28, 2022, 17:22

No existe un recetario específico para el manejo de las rabietas, pero sí hay algunos principios que los padres pueden aplicar estando correctamente informados.

Las rabietas o pataletas son una etapa fundamental para el desarrollo psicoemocional de los niños. Se trata de manifestaciones emocionales intensas cuya base es la frustración e inseguridad, que generan un estado de impaciencia y enojo en el niño.

“Entre los 2 y los 4 años, período en el que se dan principalmente las rabietas, los niños empiezan a tener dificultades con sus propias emociones, ya que aún no tienen la capacidad de regularlas por sí solos. De ahí que tengan reacciones descontroladas y no planificadas tanto de rabia como de frustración”, comenta el doctor Alfonso Correa, psiquiatra infantil y del adolescente de Clínica Alemana.

De acuerdo con lo señalado por el especialista, “contener”, en el sentido de dar forma y espacio a las distintas emociones que afloren en los niños, es fundamental al momento de tratar una rabieta. Estas pueden surgir por distintos motivos, la mayoría de ellos relacionados con la autonomía, la seguridad y la búsqueda de independencia que comienzan a tener los niños a partir de cierta edad.

A pesar de que una pataleta puede variar de acuerdo con el temperamento de cada niño, algunas de sus manifestaciones más comunes suelen ser:

  • Llorar.
  • Gritar.
  • Tirarse al suelo.
  • Morder.
  • Golpear o golpearse.
  • Oponerse ante la autoridad de los padres.
  • Luchar por tener el control.

Asimismo, las causas de una rabieta pueden ser:

  • Desear algo que no tienen.
  • Necesidad de atención.
  • Probar su independencia.
  • Momentos de frustración interna.
  • Situaciones de celos, inseguridad o inestabilidad.

Las rabietas: una gran oportunidad para la crianza

Con frecuencia, los padres se asustan ante el repentino cambio en la conducta de sus hijos: “Al tratarse de situaciones difíciles de entender y manejar, nos da impotencia el no poder ‘controlar’ el momento, ni con métodos de permisividad ni de castigo”, explica el doctor Alfonso Correa.

Y es que son justamente los padres quienes deben cambiar la mirada frente a las pataletas de sus hijos, ya que estas pueden transformarse en grandes oportunidades para enseñarles a manejar de buena forma las distintas frustraciones que tendrán a lo largo de su vida. También pueden ser un aporte en su desarrollo psicológico, relacional, emocional y, sobre todo, en las dinámicas familiares y escolares.

Según explica el psiquiatra, un buen manejo de las rabietas de parte de los padres conlleva una serie de logros para el niño :

  • Autocontrol de sus impulsos.
  • Manejo en la resolución de problemas.
  • Mejora en su capacidad de negociar, tranzar o ceder.
  • Desarrollo de la paciencia: las cosas no se resuelven de inmediato.
  • Comunicación de sus deseos y necesidades.
  • Automonitoreo de sus conductas.
  • Mayor seguridad de sí mismo.

De ahí que es vital que los padres enfrenten las rabietas de manera efectiva, eficaz y respetuosa, aplicando normas o límites que favorecerán la seguridad y autonomía de los niños. La idea es lograr un equilibrio entre las normas y la contención, “sobre todo para educar a los hijos en el manejo de sus emociones ”, dice Sonia Castro, psicóloga de Clínica Alemana.

Algunas recomendaciones para manejar el período de rabietas:

  • Empatizar y acoger al niño.
  • Proteger su autoestima.
  • Ser un buen modelo conductual:
    • No perder el control: no gritar, no insultar, no intimidar.
    • Usar un tono de voz tranquilo y acogedor.
    • Ponerse a la altura física del niño, para que no se sienta intimidado.
    • Ser simple y breve.
    • Consistencia entre padres.
  • Anticiparse a una posible rabieta: hacerlos elegir en forma anticipada.
  • Intentar desviar la atención del niño al momento inicial de la pataleta.
  • Ignorar la conducta inadecuada del niño durante la pataleta, pero no al niño como esencia: “La rabieta es una conducta no deseada y darle atención buena o mala es premiar o reforzarla”, dice Sonia Castro.
  • Dar tiempo a la situación en caso de ser necesario.
  • Darle al niño la posibilidad de entregar conductas reparatorias.