¿Cómo educar niños felices?

Criar niños felices, no es una tarea fácil. Por eso, hablamos con el Dr. Alfonso Correa, psiquiatra infanto-juvenil de nuestra clínica, para conocer sus consejos.

Por Clinica Alemana abr. 10, 2023, 12:44

Durante siglos el hombre se ha preguntado qué es la felicidad, si es posible alcanzarla y de qué modo. Sin embargo, recién en las últimas décadas, el bienestar y la felicidad de las personas ha comenzado a ser objeto de estudio, surgiendo la denominada Ciencia de la Felicidad.  

 

¿Por qué es importante fomentar la felicidad en los niños?  

El ser felices otorga múltiples beneficios. Si bien el deseo de ser feliz es inherente al ser humano, educar sobre aquello y trabajar conscientemente para avanzar en ese camino desde la niñez es cada vez más necesario. Las personas felices son más longevas, tienen mejor salud e inmunidad frente a las infecciones, manejan mejor el estrés y se relacionan mejor con los demás.  Además, gracias a ella:   

  • Afrontan de manera positiva las dificultades.  
  • Tienen relaciones interpersonales más satisfactorias.  
  • Son más empáticos.   
  • Son más altruistas. 

Criar niños felices, no es una tarea fácil. Influye en ello no solo nuestro deseo de hacerlo bien sino que también nuestra propia experiencia en relación a la felicidad. Sin embargo, existen formas en que podemos ser un buen modelo para el desarrollo de autoestima positiva, confianza en sí mismo, actitud optimista y una mejor adaptación a los cambios.  


¿Existen las hormonas de la felicidad?  

Si bien existen hormonas, neurotransmisores, neuromoduladores y otros elementos físico-químicos que pueden ayudar a tener experiencias satisfactorias, placenteras o alegres, son estas mismas experiencias las que generan cambios en la secreción de las mismas. Además, estas manifestaciones de gratificación o de cambios en hormonas y neurotransmisores, no implican necesariamente un aporte a la felicidad. 

La felicidad es un concepto mucho más profundo y a largo plazo, relacionado con la integración de la experiencia tanto a nivel emocional, racional, intuitivo e incluso espiritual. Felicidad es esa sensación de armonía en la experiencia a lo largo de la vida, la que se resume en encontrarle sentido o ir en el camino de conectarse con el sentido de la vida. La felicidad se construye desde lo que somos, lo que experimentamos y lo que intencionamos. Es aquí donde adquiere importancia la forma en que se cría a los hijos.  

Algunas sustancias biológicas relacionadas con experiencias satisfactorias, pueden aportar en la construcción de la felicidad en la medida en que logremos una mayor armonía en su funcionamiento. Estas son:  

  • Dopamina: relacionada con dormir las horas adecuadas, hacer actividad física, valorar los logros y reconocer el esfuerzo.  
  • Serotonina: este neurotransmisor, en algunos circuitos del cerebro, está vinculado con los momentos de disfrute. Para mejorar su función debes promover momentos de relajación, de juego y ocio, entre otros.
  • Oxitocina: Esta hormona, tan importante en el proceso de generación del lazo afectivo entre el recién nacido y la madre, se le llama la hormona del amor ya que además se libera en la relación de 2 personas, independiente de su edad y condición, a través de las caricias, mimos, abrazos y otros aspectos relacionados con la intimidad y el contacto físico.
  • Endorfinas: Se liberan a través de ejercicio físico como bailes y deportes y en la experiencias satisfactorias intensas.  

 

¿Qué papel juegan los padres en la felicidad de los niños?  

Desde que son lactantes hasta la adolescencia, la mamá y el papá deben valorar a su hijo por lo que es y ayudarle a aceptarse con sus virtudes y defectos, con sus fortalezas y debilidades. 

Si tu hijo es hábil en matemáticas se lo valora por ello y a la vez, si le cuestan lo motriz, debes ayudar a aceptarlo y ver qué puede hacer para mejorar desde la realidad en la que se encuentra. Todos somos diferentes y especiales y valemos independiente de nuestras virtudes.

Algunas recomendaciones del Dr. Correa son:  

  • Incentiva a tu hijo a seguir un camino que se va construyendo día a día, en la vivencia cotidiana, con valoración de cada paso, independiente del logro. Si nos enfocamos solo en las metas, no se valora el camino, y, se logre o no la meta, la frustración ocurre igual: 
    • Si no se cumple, la frustración y creencia de que el esfuerzo no tuvo sentido aparecen. 
    • Si se logran, solo generan una satisfacción momentánea. Rápidamente se generan otras metas más ambiciosas, y no se crece en felicidad. 
  • Hay que enseñarles a los niños a reconocer, expresar adecuadamente y saber acoger las emociones. En al caso de las emociones desagradables, como la rabia, una buena técnica es no enganchar con el mal humor o la pataleta. Es decir, si están enojados, debes ayudarlo a reconocer su emoción y luego guiarlo en la forma de expresarse para que no empeore la situación, buscando ser un buen modelo para él.
  • Establecer límites y ser consecuentes con ellos. Eso si, es importante saber ser flexible y discernir cuándo corresponde hacer cumplir lo que se pide y cuándo ceder. 
  • Saber escuchar a tu hija o hijo, en sus distintas edades, permitiéndole que se sienta validado en sus sentimientos, sus opiniones, sus gustos y sus intereses. No debes caer en la crítica constante. Se enseña más por la convivencia y la cotidianidad de hacer juntos, más que por premios o castigos. 
Los padres tienen una gran tarea, ya que los hijos necesitan tiempo y disponibilidad para compartir con ellos, por lo que hay que estar presentes. No debes olvidar que la felicidad se construye y se enseña con el ejemplo: padres felices se relacionan respetuosamente y llevan a hijos felices, que se aceptan y valoran a sí mismos.  

Si necesitas ayuda con este tema puedes contar con nuestro equipo de especialistas en psicología infantil y psiquiatría infantil. Recibe tu consulta desde donde estés con nuestro servicio de telemedicina.  

 

Esta información es meramente informativa y no sustituye la opinión de un profesional de salud. Ante cualquier síntoma o molestia, te recomendamos consultar con tu médico. Además, ten en cuenta que, debido a la naturaleza cambiante de los temas tratados en este artículo, algunos conceptos pueden sufrir modificaciones desde la fecha original de la publicación.