Niños poco comunicativos: Cuándo consultar?

Por Clinica Alemana mar. 27, 2012, 21:00

Durante los primeros cinco años de vida, los niños pasan por dos etapas para desarrollar su lenguaje: “la fase pre-lingüística (0-12 meses), en la que el bebé aprende a interactuar con el otro, desarrollando la intención de comunicarse; y la etapa lingüística (desde los 12 meses), durante la cual el niño comienza a utilizar el lenguaje oral para comunicarse con su entorno”, explica Lidice Núñez, fonoaudióloga de Clínica Alemana.

Sin embargo, hay pequeños que sufren alteraciones durante este proceso. Algunos no pueden comunicar su mensaje a otros, es decir, sufren de un trastorno expresivo del lenguaje; y otros no logran entender los mensajes del resto, evidenciando su trastorno comprensivo del lenguaje.

Señales de alerta
• Dificultad para juntar palabras en oraciones.
• Vocabulario bajo el nivel de sus pares.
• Problemas para seguir instrucciones.
• Pérdida de lenguaje ya adquirido.
• Poca o nula intención de comunicarse.
• Desfase cronológico entre las capacidades lingüísticas reales y las que corresponden a su edad.
• Vocabulario nulo después de los 18 meses.
• Imposibilidad de pronunciar bien los sonidos del lenguaje o de discriminarlos adecuadamente.

Frente a la aparición de alguno de estos síntomas, lo más recomendable es consultar al médico tratante del niño, quien lo derivará al especialista más pertinente.

Causas
Las alteraciones comunicativas de los niños se generan a partir de sus factores personales y del ambiente que los rodea, tales como:
• Alteraciones motoras, visuales, cognitivas o auditivas.
• Escasa o inadecuada estimulación.

Tratamiento

Según la fonoaudióloga, “lo ideal para estos casos es seguir un tratamiento integral, dirigido por el médico tratante del niño (pediatra, otorrinolaringólogo, neurólogo), realizar todos los exámenes e intervenciones sugeridas por el especialista, y establecer una terapia que cuente con el respaldo y apoyo de todo el grupo familiar”. De esta manera, se evita que exista una diferencia entre la edad cronológica y la edad de desarrollo del niño.

La duración de la terapia depende del tipo de trastorno y de las capacidades de aprendizaje del paciente. Por lo general, el tratamiento contempla sesiones semanales de 30 minutos y ejercicios para el hogar que deben realizarse diariamente, durante 15 o 20 minutos, bajo la supervisión de alguno de los padres.