Para evitar lesiones por el golf

06/03/2003
3 min lectura
Para evitar lesiones por el golf

De acuerdo con un estudio presentado en la American Journal of Sports Medicine un 80% de las lesiones por golf es producida por sobreesfuerzo y un 17% por traumas aislados, como una fractura de tobillo.

En esta investigación se encuestaron a 703 golfistas (643 aficionados y 60 profesionales) y los resultados indicaron que las lesiones no tenían relación con la edad, sexo, peso o handicap (obviamente los profesionales sufrieron más lesiones). Sí se pudo establecer que quienes calentaban por 10 minutos o menos antes de la partida, tenían más lesiones que quienes lo hacían por más de 10 minutos (promedio de 1 por jugador v/s 0,4 por jugador).

Por eso, el doctor González afirma que, además de una buena técnica, la mejor recomendación es realizar una preparación muscular y elongar 15 minutos antes y después de cada partido. 'No es un ejercicio que implique un gran consumo aeróbico por lo que no es necesario hacer un calentamiento de trote'.

La elongación permite que los nutrientes entren a los músculos, así ellos pueden resistir la carga de trabajo que la persona les impone. Los ejercicios deben incluir la zona del pecho, hombros, columna dorsal (área de costillas), lumbar, codo, muñeca, brazos y piernas. Se pueden realizar con el palo de golf y se debe elongar cada músculo por 10 segundos y repetir tres veces (ver esquema).

Como se trata de un deporte que dura tanto (4 hrs. para 18 hoyos), mantenerse hidratado es importante porque disminuye las posibilidades de tener lesiones musculares o tendinitis.

El traumatólogo agrega que cualquier persona que ya tiene una patología o está en riesgo de sufrir lesiones degenerativas, debiera entrenar especialmente su musculatura para compensar ese problema.

Columna, muñecas, codos y hombros

Según el doctor González, aficionados y profesionales sufren por igual de desgarros y contracturas musculares de la columna (dorsal y lumbar). Es la zona más afectada por el swing del golf y para fortalecerla, además de las elongación, son útiles los ejercicios abdominales y dorsales (de guata levantar el pecho).

En segundo lugar los amateurs se lesionan el codo, afección conocida como codo de golf. 'Se produce por hacer un swing que pega demasiado profundo en el suelo, lo que se agrava si te encuentras con un obstáculo (una raíz). El codo de golf es una inflamación de los tendones de la cara interna del codo a diferencia del codo de tenista que afecta los externos', explica el traumatólogo.

Por su parte, los profesionales sufren más de las muñecas. 'Como tienen mejor técnica, desarrollan tendinitis por sobreuso'.

Los hombros también son un problema, ya que especialmente se generan tendinitis del manguito rotador.

Según la investigación de Ia American Journal of Sports Medicine, los golfistas que llevan su bolso tienen más lesiones en la zona lumbar, hombres y tobillos que quienes usan carrito o caddie.

A pesar de que la caminata es el ejercicio sano por excelencia, según el doctor González, las personas con pie plano o cavo, quienes usan zapatos muy duros, o los adultos mayores que recorren canchas excesivamente largas o con muchos cerros, pueden hacer tendinitis en el talón de Aquiles.

Como la idea es disfrutar de los beneficios de este deporte y no perder entre cuatro semanas y seis meses en recuperación (American Journal of Sports Medicine), fortalecer músculos, elongar y por supuesto, una buena técnica, son la receta a seguir.

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Deporte elegante, donde priman el encuentro social, la autosuperación, la técnica e incluso los negocios, por sobre la transpiración, el desgaste físico y la dinámica tan masculina del ganador y el vencido. Aquí no hay espacio para fracturas, esguinces o desgarros, pero lamentablemente, damas y caballeros, el golf sí produce lesiones y, por supuesto, también se pueden prevenir.

El doctor Fernando González, jefe del recientemente creado Servicio de Medicina Física, Rehabilitación y Medicina Deportiva de Clínica Alemana, explica que los traumatismos relacionados con esta actividad son principalmente producidos por el swing debido a una mala técnica o por sobreuso.

'La gracia que tiene el golf es que lo practican desde niños de cinco años a adultos de 80 años. El problema es que a medida que uno envejece aparecen las lesiones degenerativas de las articulaciones (artrosis de rodilla y cadera, tendinosis de manguito rotador, discopatías, etc.) que empeoran con el swing. Es un deporte muy sano, de gran exigencia técnica y que presenta un bajo porcentaje de lesiones, las cuales, si son detectadas a tiempo, no se hacen crónicas e irreversibles como en los deportes de impacto (fútbol, rugby)'.

De acuerdo con un estudio presentado en la American Journal of Sports Medicine un 80% de las lesiones por golf es producida por sobreesfuerzo y un 17% por traumas aislados, como una fractura de tobillo.

En esta investigación se encuestaron a 703 golfistas (643 aficionados y 60 profesionales) y los resultados indicaron que las lesiones no tenían relación con la edad, sexo, peso o handicap (obviamente los profesionales sufrieron más lesiones). Sí se pudo establecer que quienes calentaban por 10 minutos o menos antes de la partida, tenían más lesiones que quienes lo hacían por más de 10 minutos (promedio de 1 por jugador v/s 0,4 por jugador).

Por eso, el doctor González afirma que, además de una buena técnica, la mejor recomendación es realizar una preparación muscular y elongar 15 minutos antes y después de cada partido. 'No es un ejercicio que implique un gran consumo aeróbico por lo que no es necesario hacer un calentamiento de trote'.

La elongación permite que los nutrientes entren a los músculos, así ellos pueden resistir la carga de trabajo que la persona les impone. Los ejercicios deben incluir la zona del pecho, hombros, columna dorsal (área de costillas), lumbar, codo, muñeca, brazos y piernas. Se pueden realizar con el palo de golf y se debe elongar cada músculo por 10 segundos y repetir tres veces (ver esquema).

Como se trata de un deporte que dura tanto (4 hrs. para 18 hoyos), mantenerse hidratado es importante porque disminuye las posibilidades de tener lesiones musculares o tendinitis.

El traumatólogo agrega que cualquier persona que ya tiene una patología o está en riesgo de sufrir lesiones degenerativas, debiera entrenar especialmente su musculatura para compensar ese problema.

Columna, muñecas, codos y hombros

Según el doctor González, aficionados y profesionales sufren por igual de desgarros y contracturas musculares de la columna (dorsal y lumbar). Es la zona más afectada por el swing del golf y para fortalecerla, además de las elongación, son útiles los ejercicios abdominales y dorsales (de guata levantar el pecho).

En segundo lugar los amateurs se lesionan el codo, afección conocida como codo de golf. 'Se produce por hacer un swing que pega demasiado profundo en el suelo, lo que se agrava si te encuentras con un obstáculo (una raíz). El codo de golf es una inflamación de los tendones de la cara interna del codo a diferencia del codo de tenista que afecta los externos', explica el traumatólogo.

Por su parte, los profesionales sufren más de las muñecas. 'Como tienen mejor técnica, desarrollan tendinitis por sobreuso'.

Los hombros también son un problema, ya que especialmente se generan tendinitis del manguito rotador.

Según la investigación de Ia American Journal of Sports Medicine, los golfistas que llevan su bolso tienen más lesiones en la zona lumbar, hombres y tobillos que quienes usan carrito o caddie.

A pesar de que la caminata es el ejercicio sano por excelencia, según el doctor González, las personas con pie plano o cavo, quienes usan zapatos muy duros, o los adultos mayores que recorren canchas excesivamente largas o con muchos cerros, pueden hacer tendinitis en el talón de Aquiles.

Como la idea es disfrutar de los beneficios de este deporte y no perder entre cuatro semanas y seis meses en recuperación (American Journal of Sports Medicine), fortalecer músculos, elongar y por supuesto, una buena técnica, son la receta a seguir.


Esta información es meramente informativa y no sustituye la opinión de un profesional de salud. Ante cualquier síntoma o molestia, te recomendamos consultar con tu médico. Además, ten en cuenta que, debido a la naturaleza cambiante de los temas tratados en este artículo, algunos conceptos pueden sufrir modificaciones desde la fecha original de la publicación.
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