Síndrome del príncipe destronado: Cuando llega un hermano

30/01/2009
3 min lectura
Síndrome del príncipe destronado: Cuando llega un hermano

La doctora Patricia González, psiquiatra infantil de la Unidad de Adolescencia de Clínica Alemana, explica que 'con la llegada de un nuevo hijo, el anterior puede resentirse porque se produce un cambio en la estructura familiar, y los papás deben repartir los cuidados, el amor y el tiempo entre más niños'.

Es importante que los padres tengan en cuenta que tener un hijo es una decisión de la pareja y no de los hijos. 'Por lo tanto, aunque es aconsejable preparar a los niños para la llegada de este nuevo integrante, esto no quiere decir que haya que hacerlos partícipe de la decisión, porque si se niegan y los padres deciden tener otro hijo, el niño se sentirá pasado a llevar cuando vea que su opinión no se consideró', agrega la especialista.

Eso sí, es fundamental que durante la gestación de este nuevo hijo, se le explique al niño que en un tiempo más tendrá un hermanito.

El Síndrome del destronado hace referencia a aquel hijo que es tratado como un rey, generalmente el primero -y a veces es el primer nieto-, pero que al llegar un hermano debe compartir su trono. Esta situación produce una inseguridad y angustia en el pequeño, ya que ahora el nuevo integrante es el centro de atención.

Si bien los padres pueden influir en estos celos y evitarlos, existen otros factores que inciden en el desarrollo de ellos y que pueden ser manejables por la familia.

La psiquiatra infantil asegura que una situación frecuente que provoca esta tensión es cuando hay poca diferencia de edad entre los hermanos, y el mayor -que aún dormía en la pieza con los papás- es trasladado a su propia habitación, y el nuevo integrante usa su lugar. Asimismo, en algunos casos la llegada de un hermano coincide con el ingreso del hijo mayor en el jardín infantil, como una forma de aliviar el trabajo que implica cuidar un recién nacido, lo que es vivido por algunos niños como rechazo.

'Una forma de hacerlo partícipe en este proceso es incorporándolo en la toma de algunas decisiones, por ejemplo, elegir el color de la pieza del bebé y explicarle que como ahora está más grande va a tener una pieza para él solo. Además, hacer la diferencia en forma positiva entre él y el nuevo integrante, por ejemplo, explicarle que es más entretenido hablar con él porque es un niño grande, permitirle que ayude con algunas cosas del cuidado, como pasar los pañales al mudarlo y avisar si llora. De esta forma, se sentirá importante e incluido'.

También es recomendable que los familiares y amigos que visitan al recién nacido, feliciten al niño por su hermano pequeño, o que le lleven un regalo, ya que así se sentirá parte de este acontecimiento.

Cuando son más grandes, cerca de los 9 o 10 años, ya tienen un mejor desarrollo cognitivo por lo que entienden más y son más independientes desde el punto de vista del cuidado. Esto facilita la adaptación, sin embargo, pueden sentir celos o sentirse desplazados. La ventaja es que pueden hablar y explicar mejor lo que les pasa. Siempre es bueno permitir que lo puedan expresar y validar sus sentimientos. También si los padres le cuentan su propia experiencia con los hermanos menores es de gran ayuda, afirma la especialista.

Consejos para los padres

  • Decirle que va a tener un hermanito y que la mamá tendrá cambios que la harán estar más cansada y que a veces no va tener tanto tiempo para jugar con él, pero que va a estar para lo que él necesite y que lo sigue queriendo igual.
  • Mostrarle fotos de la mamá cuando estaba embarazada de él, y de cuando era más chico y contarle cosas de esa etapa, por ejemplo, de cómo pateaba en la guatita, que si lloraba mucho o no, alguna gracia, etc.
  • Hacer que el niño participe en la elección de la ropa o de los juguetes del nuevo hermano, especialmente en el periodo de recién nacido.
  • Cuando la mamá se vaya a la clínica explicarle lo que pasa y con quién se quedará, y que en cuanto haya nacido el hermano lo podrá ir a ver. Es conveniente haber hablado esto con anticipación al nacimiento.
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La llegada de un nuevo integrante a la familia es siempre una alegría. Sin embargo, a veces este momento especial puede transformarse en una situación de estrés para el más pequeño de la casa.

Pataletas, cambios de conductas y retrocesos en el aprendizaje, producto de los celos, son algunas de las formas en que se manifiesta lo que comúnmente se conoce como 'Síndrome del príncipe destronado'.

La doctora Patricia González, psiquiatra infantil de la Unidad de Adolescencia de Clínica Alemana, explica que 'con la llegada de un nuevo hijo, el anterior puede resentirse porque se produce un cambio en la estructura familiar, y los papás deben repartir los cuidados, el amor y el tiempo entre más niños'.

Es importante que los padres tengan en cuenta que tener un hijo es una decisión de la pareja y no de los hijos. 'Por lo tanto, aunque es aconsejable preparar a los niños para la llegada de este nuevo integrante, esto no quiere decir que haya que hacerlos partícipe de la decisión, porque si se niegan y los padres deciden tener otro hijo, el niño se sentirá pasado a llevar cuando vea que su opinión no se consideró', agrega la especialista.

Eso sí, es fundamental que durante la gestación de este nuevo hijo, se le explique al niño que en un tiempo más tendrá un hermanito.

El Síndrome del destronado hace referencia a aquel hijo que es tratado como un rey, generalmente el primero -y a veces es el primer nieto-, pero que al llegar un hermano debe compartir su trono. Esta situación produce una inseguridad y angustia en el pequeño, ya que ahora el nuevo integrante es el centro de atención.

Si bien los padres pueden influir en estos celos y evitarlos, existen otros factores que inciden en el desarrollo de ellos y que pueden ser manejables por la familia.

La psiquiatra infantil asegura que una situación frecuente que provoca esta tensión es cuando hay poca diferencia de edad entre los hermanos, y el mayor -que aún dormía en la pieza con los papás- es trasladado a su propia habitación, y el nuevo integrante usa su lugar. Asimismo, en algunos casos la llegada de un hermano coincide con el ingreso del hijo mayor en el jardín infantil, como una forma de aliviar el trabajo que implica cuidar un recién nacido, lo que es vivido por algunos niños como rechazo.

'Una forma de hacerlo partícipe en este proceso es incorporándolo en la toma de algunas decisiones, por ejemplo, elegir el color de la pieza del bebé y explicarle que como ahora está más grande va a tener una pieza para él solo. Además, hacer la diferencia en forma positiva entre él y el nuevo integrante, por ejemplo, explicarle que es más entretenido hablar con él porque es un niño grande, permitirle que ayude con algunas cosas del cuidado, como pasar los pañales al mudarlo y avisar si llora. De esta forma, se sentirá importante e incluido'.

También es recomendable que los familiares y amigos que visitan al recién nacido, feliciten al niño por su hermano pequeño, o que le lleven un regalo, ya que así se sentirá parte de este acontecimiento.

Cuando son más grandes, cerca de los 9 o 10 años, ya tienen un mejor desarrollo cognitivo por lo que entienden más y son más independientes desde el punto de vista del cuidado. Esto facilita la adaptación, sin embargo, pueden sentir celos o sentirse desplazados. La ventaja es que pueden hablar y explicar mejor lo que les pasa. Siempre es bueno permitir que lo puedan expresar y validar sus sentimientos. También si los padres le cuentan su propia experiencia con los hermanos menores es de gran ayuda, afirma la especialista.

Consejos para los padres


Esta información es meramente informativa y no sustituye la opinión de un profesional de salud. Ante cualquier síntoma o molestia, te recomendamos consultar con tu médico. Además, ten en cuenta que, debido a la naturaleza cambiante de los temas tratados en este artículo, algunos conceptos pueden sufrir modificaciones desde la fecha original de la publicación.
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