Pregorexia: Embarazadas obsesionadas con el peso

10/02/2010
2 min lectura
Pregorexia: Embarazadas obsesionadas con el peso

Si bien este concepto es nuevo, el fenómeno es antiguo, aunque claramente la idea de belleza actual liderada por esbeltas figuras, ha provocado un incremento de los casos.

El doctor Juan Valdivia, ginecólogo obstetra de Clínica Alemana, cuenta que en los últimos años se ha visto un aumento considerable de las mujeres que se preocupan demasiado por la figura, lo que muchas veces juega en contra de su salud y la de su hijo.

'Lamentablemente, he atendido este tipo de pacientes y es bastante complicado porque la consulta se transforma en hablar sólo del peso y no del embarazo', cuenta.

Quienes sufren este trastorno siempre están preocupadas de reducir la ingesta calórica y suelen excederse en la práctica de ejercicios, con el fin de controlar el aumento de peso durante el embarazo.

El doctor Carlos Téllez, psiquiatra de Clínica Alemana, explica que quienes poseen antecedentes de trastornos alimentarios, como bulimia o anorexia, tienen mayor riesgo de desarrollar pregorexia.

Una dieta peligrosa para madre e hijo

En el embarazo, lo ideal es que la mamá aumente, aproximadamente, entre 1 y 1 1/2 kilos al mes a partir de las diez semanas de gestación. Si no hay un incremento adecuado de peso, existe mayor riesgo de inconvenientes para ella y el niño.

En el caso de la madre, las consecuencias más frecuentes son desnutrición (con los problemas que ello conlleva, como la descalcificación), anemia y debilitamiento del sistema inmunológico, lo que se traduce en más predisposición a infecciones y mala cicatrización.

El feto, en tanto, puede padecer desde restricción de crecimiento intrauterino y trastornos tiroídeos hasta parto prematuro y bajo peso al nacer, condiciones que pueden poner en peligro no sólo el normal desarrollo, sino también su vida.

Además, una nutrición inadecuada puede afectar la lactancia materna, ya que ésta se relaciona directamente con la alimentación de la mamá. Si su dieta no es balanceada, el organismo trata de priorizar aquello que es fundamental para su sobrevivencia, por lo tanto, la leche se hace de mala calidad y a veces, incluso, puede cortarse.

Para prevenir la pregorexia, es fundamental la educación durante el embarazo y realizar controles médicos periódicos, especialmente en grupos de riesgo.

En caso de que el problema ya sea un hecho, y la familia o cercanos noten que la embarazada está restringiendo demasiado su alimentación, es importante tomar medidas lo antes posible acudiendo al médico tratante para que oriente sobre el tratamiento a seguir.

'El manejo es generalmente multidisciplinario, ya que debe ser tratado por un equipo integral, compuesto por psiquiatras, nutriólogos, endocrinólogos y obstetras perinatólogos', explica el doctor Valdivia. En este proceso es fundamental el apoyo del padre del bebé y de la familia.

Una dieta equilibrada, ni más ni menos

La American Dietetic Association (ADA) sostiene que uno de los componentes principales para promover un estilo de vida saludable durante el embarazo es mantener una ingesta calórica que permita ir aumentando de peso de forma adecuada.

Lo normal es que después del tercer mes ya comience a registrase una ganancia en el peso, y a partir de esa etapa deben incorporarse alrededor de 300 calorías extras a la dieta diaria. En todo caso, esto siempre se define en forma individual, de acuerdo a la situación de cada mujer.

La alimentación de una embarazada no debe diferir mucho de la de toda persona, es decir, una correcta combinación de proteínas, hidratos de carbono, lípidos, vitaminas y minerales. Eso sí, es importante tener en cuenta que ciertos productos no son recomendables, entre ellos, el alcohol, las carnes crudas, el café, el té y el exceso de sal.

En cuanto a la actividad física, se aconseja hacer ejercicios suaves y de bajo impacto, como gimnasia para embarazada, gimnasia en el agua y yoga.

Departamento de Ginecología y Obstetricia
Teléfono: 210 1091

'>

En ocasiones, el temor a subir demasiado de peso durante el embarazo puede transformarse en una obsesión. Este problema se conoce como pregorexia, término que significa 'anorexia de la embarazada' (del inglés 'pregnancy' y 'orexia').

Si bien este concepto es nuevo, el fenómeno es antiguo, aunque claramente la idea de belleza actual liderada por esbeltas figuras, ha provocado un incremento de los casos.

El doctor Juan Valdivia, ginecólogo obstetra de Clínica Alemana, cuenta que en los últimos años se ha visto un aumento considerable de las mujeres que se preocupan demasiado por la figura, lo que muchas veces juega en contra de su salud y la de su hijo.

'Lamentablemente, he atendido este tipo de pacientes y es bastante complicado porque la consulta se transforma en hablar sólo del peso y no del embarazo', cuenta.

Quienes sufren este trastorno siempre están preocupadas de reducir la ingesta calórica y suelen excederse en la práctica de ejercicios, con el fin de controlar el aumento de peso durante el embarazo.

El doctor Carlos Téllez, psiquiatra de Clínica Alemana, explica que quienes poseen antecedentes de trastornos alimentarios, como bulimia o anorexia, tienen mayor riesgo de desarrollar pregorexia.

Una dieta peligrosa para madre e hijo

En el embarazo, lo ideal es que la mamá aumente, aproximadamente, entre 1 y 1 1/2 kilos al mes a partir de las diez semanas de gestación. Si no hay un incremento adecuado de peso, existe mayor riesgo de inconvenientes para ella y el niño.

En el caso de la madre, las consecuencias más frecuentes son desnutrición (con los problemas que ello conlleva, como la descalcificación), anemia y debilitamiento del sistema inmunológico, lo que se traduce en más predisposición a infecciones y mala cicatrización.

El feto, en tanto, puede padecer desde restricción de crecimiento intrauterino y trastornos tiroídeos hasta parto prematuro y bajo peso al nacer, condiciones que pueden poner en peligro no sólo el normal desarrollo, sino también su vida.

Además, una nutrición inadecuada puede afectar la lactancia materna, ya que ésta se relaciona directamente con la alimentación de la mamá. Si su dieta no es balanceada, el organismo trata de priorizar aquello que es fundamental para su sobrevivencia, por lo tanto, la leche se hace de mala calidad y a veces, incluso, puede cortarse.

Para prevenir la pregorexia, es fundamental la educación durante el embarazo y realizar controles médicos periódicos, especialmente en grupos de riesgo.

En caso de que el problema ya sea un hecho, y la familia o cercanos noten que la embarazada está restringiendo demasiado su alimentación, es importante tomar medidas lo antes posible acudiendo al médico tratante para que oriente sobre el tratamiento a seguir.

'El manejo es generalmente multidisciplinario, ya que debe ser tratado por un equipo integral, compuesto por psiquiatras, nutriólogos, endocrinólogos y obstetras perinatólogos', explica el doctor Valdivia. En este proceso es fundamental el apoyo del padre del bebé y de la familia.

Una dieta equilibrada, ni más ni menos

La American Dietetic Association (ADA) sostiene que uno de los componentes principales para promover un estilo de vida saludable durante el embarazo es mantener una ingesta calórica que permita ir aumentando de peso de forma adecuada.

Lo normal es que después del tercer mes ya comience a registrase una ganancia en el peso, y a partir de esa etapa deben incorporarse alrededor de 300 calorías extras a la dieta diaria. En todo caso, esto siempre se define en forma individual, de acuerdo a la situación de cada mujer.

La alimentación de una embarazada no debe diferir mucho de la de toda persona, es decir, una correcta combinación de proteínas, hidratos de carbono, lípidos, vitaminas y minerales. Eso sí, es importante tener en cuenta que ciertos productos no son recomendables, entre ellos, el alcohol, las carnes crudas, el café, el té y el exceso de sal.

En cuanto a la actividad física, se aconseja hacer ejercicios suaves y de bajo impacto, como gimnasia para embarazada, gimnasia en el agua y yoga.

Departamento de Ginecología y Obstetricia
Teléfono: 210 1091


Esta información es meramente informativa y no sustituye la opinión de un profesional de salud. Ante cualquier síntoma o molestia, te recomendamos consultar con tu médico. Además, ten en cuenta que, debido a la naturaleza cambiante de los temas tratados en este artículo, algunos conceptos pueden sufrir modificaciones desde la fecha original de la publicación.
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