Sonreír es una de las expresiones más espontáneas del ser humano, cuyo atractivo pasa, entre otras cosas, por mostrar adecuada y proporcionalmente los dientes y las encías. Según la doctora Javiera Iglesias, odontóloga especialista en rehabilitación oral de Clínica Alemana, “lo ideal es que el labio superior esté justo por encima de la parte de arriba de los dientes y deje ver un poco de tejido gingival, pero no más de 2mm”. Sin embargo, algunas personas exponen una mayor cantidad de encía maxilar superior y tienen una relación desproporcionada con la dentadura. Se trata de la sonrisa gingival, condición que se da por distintas situaciones. Una de ellas es la erupción anormal de los dientes que impide mostrar su longitud real, ya que la corona no está totalmente descubierta; otra es el crecimiento y desarrollo excesivo, en sentido vertical, del hueso maxilar superior.
Cómo se trata
Los principales tratamientos para la sonrisa gingival contemplan cirugía y ortodoncia. Según el caso se puede optar por distintos tipos de intervenciones: “la gingivectomía -que permite eliminar el tejido blando de la encía y está indicado para problemas pequeños o moderados-, o el alargamiento coronario, en el que se extrae el tejido blando y el hueso. En ambos procedimientos se pueden hacer carillas o coronas para resultados más óptimos”, explica la especialista. Agrega que también se puede realizar una cirugía ortognática en aquellos pacientes que presentan problemas de crecimiento y desarrollo del hueso maxilar superior. Esta consiste en mover el maxilar hacia arriba y es un procedimiento más complejo, que necesita hospitalización y varios meses de recuperación”.
Otra alternativa es la ortodoncia, terapia que permite dejar los dientes en una posición más adecuada.
Según el diagnóstico de cada persona, se puede elegir algunas de estas opciones o hacer una combinación de ellas.
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