Con ciertas condiciones climáticas, como la humedad y el viento, los labios suelen secarse y, a veces, incluso agrietarse. Muchas veces esto desaparece con cuidados simples como una adecuada hidratación, sin embargo, hay casos en que se produce una inflamación mayor de la zona, llamada queilitis, la que consiste en una persistente descamación y producción anormal de queratina en la superficie de la piel. Cuando esto ocurre es necesario identificar la causa para determinar el mejor tratamiento.
La doctora Juanita Benedetto, jefe del Servicio de Dermatología de Clínica Alemana, explica que “diversos factores o situaciones pueden causar queilitis, como una sobreexposición al sol, uso de productos irritantes en la zona labial, deshidratación, falta de vitaminas, y determinadas conductas”.
Uno de los tipos más comunes de queilitis es la exfoliativa, en que la inflamación se acompaña de descamaciones en el área bocal, labios rajados y endurecidos. La persona siente que el labio queda a carne viva y tiene una gran sensibilidad en la zona.
Este trastorno puede deberse a múltiples factores, como anomalías sistémicas –por ejemplo disfunción tiroidea-, dermatitis de contacto con productos irritantes de tipo alérgica o atópica. También puede ser causada por ciertos hábitos.
“Hay personas que tienden a succionarse y humedecer persistentemente sus labios, lo cual es dañino porque la saliva en exceso en la superficie de la bocaes un agente irritante. Asimismo, otras se los muerden o traumatizan con los dientes de manera inconsciente debido al estrés o a alguna afección psicológica”, sostiene la dermatóloga.
También existe la queilitis actínica, que es consecuencia de daño solar acumulativo, y la queilitis angular, debido a una (sobreinfección por bacterias u hongos, siendo la cándida la más frecuente.
Por ello, la especialista enfatiza que es muy importante determinar cuál es el origen de la queilitis en cada paciente, de manera de indicar el tratamiento más adecuado. En ocasiones, para asegurarse de un diagnóstico certero, se pueden requerir exámenes complementarios como una biopsia del labio.
“Si la causa del problema es la irritación, es importante suspender los productos que están causándola, humectar con bálsamos hipoalergénicos que contengan vaselina o manteca de karité, y usar protector solar labial. Los casos más complicados pueden requerir un tratamiento transitorio con cremas con corticoides o inmunosupresores locales”, afirma la doctora Benedetto.