¿Has tenido dolor de garganta, fiebre o dificultad para tragar? Podría tratarse de amigdalitis, un cuadro frecuente en niños y adolescentes de hasta 15 años.
¿Qué es la amigdalitis?
Las amígdalas son 2 formaciones de tejido ovalado ubicadas en la parte posterior de la garganta, y son la primera barrera del sistema inmunitario frente a los virus y bacterias que ingresan por la boca. Por eso, están especialmente expuestas y pueden inflamarse fácilmente, lo que se conoce como amigdalitis.
Según la causa, se clasifica en 2 tipos:
- Amigdalitis viral: suele ser más leve y presenta dolor de garganta, congestión y secreción nasal, además de tos seca y sensación de resfrío. Se resuelve con cuidados generales y no necesita antibióticos.
- Amigdalitis bacteriana: también es conocida como amigdalitis purulenta o estreptocócica, y la bacteria que la produce se llama Streptococcus pyogenes. Se manifiesta con dolor de garganta y otros síntomas más intensos, como fiebre e incluso dolor abdominal. Es poco común que se presente con congestión, secreción nasal o tos, y en algunos casos, pueden aparecer placas blanquecinas sobre las amígdalas. Requiere tratamiento con antibióticos.
¿Cuáles son los síntomas más comunes?
- Malestar de garganta intenso.
- Decaimiento y mal aliento.
- Inflamación y enrojecimiento visible de las amígdalas, a veces con pus (placas blanquecinas).
- Dificultad para tragar o hablar.
- Aumento de tamaño de ganglios del cuello o bajo la mandíbula.
- En casos más graves, se generan pausas para respirar mientras dormimos, dolor al abrir la boca o limitación para mover el cuello por molestias.
¿Siempre se debe tomar antibióticos para la amigdalitis?
No, ya que si la infección es causada por un virus, este tipo de medicamentos no será útil. En cambio, cuando se confirma que es por bacterias o el cuadro clínico lo sugiere, tu médico puede indicarlos para combatir la enfermedad y prevenir complicaciones. Es importante que completes el tratamiento, incluso si los síntomas ya se han ido.
Debes llevar a tu hijo al médico si:
- La fiebre no cede luego de 72 horas.
- El dolor de garganta es muy intenso o interfiere al tragar.
- Hay signos de apnea obstructiva del sueño o pausas respiratorias.
- Imposibilidad de abrir la boca o tiene mucho dolor.
- Molestias en la garganta, asociadas a manchas rojas en su piel.
Consejos para cuidar la amigdalitis en casa
Además del tratamiento médico, puedes seguir estas recomendaciones para ayudar a aliviar los síntomas:
- Hidratar constantemente con líquidos tibios o fríos.
- Consumir alimentos blandos y fáciles de tragar.
- Descansar, evitando esfuerzos físicos.
- Controlar la fiebre con los antipiréticos recetados por tu especialista.
- Evitar el humo y ambientes contaminados.
Prevención
Los gérmenes que causan las amigdalitis bacterianas y virales son contagiosos. Por lo tanto, la mejor forma de cuidarse es tener buenos hábitos de higiene. Puedes enseñar a los más pequeños a:
- Lavar bien sus manos y con frecuencia, sobre todo después de ir al baño y antes de comer.
- Evitar compartir alimentos, vasos, botellas de agua o utensilios.
- Estar en casa y descansar cuando esté enfermo.
- Preguntar al médico cuándo puede volver al colegio.
- Proteger su boca al toser o estornudar con un pañuelo de papel o con la parte interna del codo, y en lo posible a lavarse las manos después de hacerlo.
¿Crees que tu hijo o hija puede tener amigdalitis? Consulta con un médico pediatra por Telemedicina para realizar una evaluación personalizada y confirmar el diagnóstico, te entregaremos atención desde el lugar donde te encuentres.