La dopamina es mucho más que una palabra que solemos escuchar asociada al “placer” o a la “motivación”. Se trata de una sustancia química que produce nuestro cerebro y que actúa como un mensajero entre las neuronas. Gracias a ella podemos movernos, disfrutar, aprender y tomar decisiones en el día a día.
Participa en múltiples procesos que influyen tanto en nuestro cuerpo como en nuestra mente:
Movimiento: ayuda a coordinar y ejecutar los movimientos voluntarios.
Motivación y placer: interviene en la sensación de recompensa, satisfacción y energía para realizar actividades.
Aprendizaje y hábitos: contribuye a la memoria y a la formación de rutinas.
Toma de decisiones: nos orienta al momento de evaluar opciones y elegir qué hacer.
En resumen, es un regulador multifacético que integra funciones motoras, cognitivas, metabólicas e inmunológicas, siendo clave para la vida.
Cuando la dopamina disminuye varias funciones se ven afectadas, como:
Se impacta tanto en cómo nos movemos, pensamos y sentimos.
El motivo más frecuente es la enfermedad de Parkinson, en la que ocurre una pérdida progresiva de neuronas que producen dopamina en el cerebro. Sin embargo, también pueden influir:
Daño o muerte de neuronas.
Problemas en la liberación o el metabolismo de la dopamina.
Estrés oxidativo (daño celular por radicales libres).
Alteraciones genéticas o ambientales.
Factores asociados al envejecimiento natural.
Además, se ha visto disminución de dopamina en cuadros de depresión y otras enfermedades neurológicas o psiquiátricas.
Sí, nuestro cuerpo puede producirla a través de hábitos saludables, entre ellos están:
Hacer ejercicio físico: no tiene que ser un deporte intenso. Caminar, estirarse, bailar o cualquier actividad que disfrutes te permitirá liberar dopamina.
Establecer y alcanzar metas pequeñas: divide un objetivo grande en pasos pequeños. Y cada vez que logres uno de ellos, tu cerebro liberará una pequeña "dosis" de esta sustancia, lo que te dará la sensación de logro y te motivará.
Dormir bien: el descanso es fundamental. La falta de sueño puede afectar su producción y la forma en que el cerebro la utiliza.
Alimentación saludable: para mantener un buen equilibrio de dopamina cerebral, los especialistas recomiendan una dieta rica en omega-3, adecuada en proteínas de alta calidad y baja en alimentos ultraprocesados y azúcares refinados.
Exponerse a la luz solar: pasar tiempo al aire libre, especialmente bajo el sol, puede aumentar su producción y mejorar tu estado de ánimo.
Practicar la atención plena (mindfulness): actividades como la meditación o simplemente prestar atención a tus sentidos en el momento presente pueden reducir el estrés y ayudar a regular los neurotransmisores.
Escuchar música: esta actividad es una de las más placenteras que existen. Oír tus sonidos favoritos puede activar directamente las vías de recompensa en el cerebro y liberar dopamina.
Disfrutar de experiencias nuevas: hacer algo diferente, ya sea un nuevo pasatiempo, un plato de comida o una ruta para caminar, puede estimular el cerebro y liberar al crear una sensación de novedad y expectativa.
No existe un examen de sangre, ya que la evaluación se basa en los síntomas, la historia clínica y en algunos casos, estudios de imágenes especializados. Te recomendamos consultar con un especialista si aparecen señales como:
Dificultad para moverse, rigidez o temblores.
Pérdida de motivación o interés en las actividades habituales.
Problemas de concentración o memoria.
Fatiga persistente sin causa aparente.
Si notas cambios en tu energía o movimiento, no lo dejes pasar. Una evaluación a tiempo puede marcar la diferencia en tu bienestar y calidad de vida. Reserva una hora por Telemedicina con nuestros especialistas y recibe la orientación que necesitas para cuidar tu salud.