“La lactancia materna es la alimentación fundamental de los recién nacidos y lactantes. Tiene los nutrientes necesarios para el crecimiento y desarrollo, los cuales varían en el tiempo, adaptándose
a las necesidades de niños y niñas”, explican Daniela Sepúlveda y Carolina Díaz, enfermeras de la Clínica
de Lactancia de Clínica Alemana.
Los beneficios de la lactancia son múltiples. Entre ellos las profesionales destacan que:
- Refuerza el sistema inmune.
- Disminuye la incidencia de enfermedades como obesidad, diabetes mellitus, otitis media aguda, entre otras.
- Refuerza vínculos afectivos.
- Favorece el desarrollo neurológico.
Falsos mitos de la lactancia materna
La lactancia materna está colmada de mitos que pueden confundirte si estás en periodo de
embarazo o puerperio. Por eso queremos
aclarar afirmaciones comunes que las enfermeras de la Clínica de Lactancia suelen escuchar:
- “Mi leche es delgada”. No existe la leche gruesa ni delgada, cada madre produce lo que necesita su bebé, con los nutrientes
adecuados para su crecimiento y desarrollo.
- “Debo preparar mis pezones durante el embarazo para que el pezón se forme y no tener problemas para que agarre el pecho”. No es necesario preparar tus pezones, ya que no hay evidencia de que esto sirva para mejorar
el acople al pecho.
- “Para evitar heridas en los pezones, debo usar cremas o luz durante el embarazo”. Para evitar heridas o dolor al amamantar solo debes pedir asesoría para mejorar tu técnica de acople al pecho. Mejorando el
acople no deberías tener dolor ni grietas en el pezón.
- “Debo tomar mucha agua para producir leche”. El agua que ingieres no está relacionada con tu producción de leche. Toma el agua que necesites (durante la lactancia puedes tener mucha sed) y, para tener mayor
producción, amamanta a libre demanda.
- “Debo amamantar 10 a 15 minutos por lado y hacer horarios cada 3 a 4 horas”. Esto no es así. Un recién nacido puede amamantar de 8 a 12 veces en 24 horas, luego las tomas nocturnas pueden espaciarse, según
el desarrollo y requerimientos de tu hijo o hija.
Al respecto, Carolina Díaz y Daniela Sepúlveda sugieren: “Ofrece de un lado hasta que el niño o niña deje de tomar de forma efectiva y tú sientas el pecho más liviano. Puedes
ofrecer del otro lado cuando suelte el pecho, comience a tironear, o se duerma”.
¿Qué puede afectar la lactancia materna?
Hay situaciones donde sí se puede ver afectada la lactancia
materna:
- Con la introducción temprana de fórmulas y chupetes. “Generan preferencia, espacian las tomas, se crea dificultad para tomar el pecho, interrumpe la libre demanda. Hay menos vaciamiento de la mama
y, por consiguiente, menos producción de leche”, explican las
enfermeras de la Clínica
de Lactancia de Clínica Alemana.
- Si hay separación de la madre y su bebé (por enfermedad, por ejemplo). “El contacto piel con piel y la contención son importantes en el desarrollo del vínculo de apego e influye en
la producción láctea”. Se recomienda ahí el uso de extractor para ofrecer la leche extraída al recién nacido y estimular la producción.
Recomendaciones para la lactancia materna
En el conversatorio Hablemos de lactancia, la doctora Marianne Bachler, neonatóloga; Daniela Sepúlveda, enfermera de Clínica de Lactancia y Fernanda
Mackenna, nutricionista, responden las preguntas más frecuentes sobre lactancia y sobre la
alimentación
de la madre que amamanta.