Las fiestas de navidad y año nuevo pueden ser especialmente desafiantes cuando atravesamos el duelo por la pérdida de un ser querido. Es común que surjan emociones como nostalgia o culpa por no “estar alegre”. La presión social por celebrar puede generar contraste con lo que realmente sientes, y es importante recordar que cada persona vive este proceso de forma única.
En este periodo donde la tradición está marcada por la alegría, la familia y la unión, enfrentar la ausencia puede generar tristeza, ansiedad y un sentimiento de soledad más agudo de lo habitual. Aquí te compartimos orientación práctica y señales que pueden ayudarte a identificar cuándo buscar apoyo profesional.
El duelo no avanza de forma ordenada ni igual para todos. Durante estas semanas pueden aparecer momentos de negación, tristeza, enojo, confusión o una búsqueda de sentido, también es posible transitar solo por algunas etapas o ir y venir entre ellas. Lo importante es reconocer que cada proceso es único y que no existe una manera “correcta” de vivirlo.
En fechas como navidad y año nuevo estas emociones pueden intensificarse, especialmente cuando es la primera celebración sin esa persona. Reconocer estos cambios como parte del proceso ayuda a disminuir la autoexigencia y a validar lo que sientes.
Reconocer tus emociones: no reprimas la tristeza, el enojo o la falta de ánimo. Llorar o querer estar más tranquilo es completamente válido. Sentir alegría en algunos momentos no significa olvidar.
Comunicar tus necesidades: habla con tus cercanos sobre cómo te sientes y cómo prefieres vivir las celebraciones. Puedes proponer reuniones más íntimas, participar solo en ciertos momentos o pedir compañía.
Adaptar las tradiciones: no es obligación mantener todas las costumbres. Puedes crear nuevas formas de recordar a quien partió, omitir ciertos rituales o hacer cambios para que las fiestas tengan sentido para ti.
Honrar la memoria: incluye gestos simbólicos, como una vela encendida, una foto, un brindis o unas palabras en su memoria. Estos actos pueden ayudar a canalizar el dolor y dar un espacio al recuerdo.
Reforzar tu autocuidado: procura mantener horarios de descanso, alimentarte bien y hacer actividad física suave. Apóyate en actividades que te reconfortan, como caminar, conversar con alguien de confianza o escribir tus emociones.
Aunque el duelo es un proceso natural, a veces el dolor se intensifica o se prolonga, afectando el ánimo, las rutinas o la capacidad de disfrutar pequeños momentos. Si notas estas señales, o sientes que te haría bien conversar con alguien, recuerda que contamos con profesionales de salud mental que pueden acompañarte también a través de Telemedicina.