Todos los niños necesitan ser cuidados, ya que sienten frío, hambre, miedo, soledad y aburrimiento, entre otras cosas. Una mamá sensible y dispuesta a reaccionar a la necesidad de su hijo, permite que este aprenda lo que le pasa y siente que existe alguien disponible para acompañarlo, aportándole una sensación de seguridad básica. Cuando estos cuidados se convierten en algo estable en el tiempo, esta relación se consolida y se establece como de apego, el que, generalmente, se da con la mamá, aunque también puede ser con una persona que cumpla ese rol para el niño.|
Acciones para desarrollar el vínculo de apego entre madre e hijo - Hablar desde la voz de la guagua: Ponerse en su lugar y verbalizar los estados afectivos del niño, ya que estimula la interacción y el conocimiento mutuo. - Juego: Jugar con ellos los ayuda a conocerse a sí mismos, a los otros y al mundo, desarrollando diversas habilidades motoras y de socialización que permiten disminuir ansiedades y resolver conflictos. Todos los cuidados rutinarios se pueden realizar en forma lúdica, por ejemplo, mecerlo, bailar, cantar, hablarle, poner caras, usar juguetes, etc. |