Comenzó el ataque de los virus respiratorios

05/06/2014
2 min lectura
Comenzó el ataque de los virus respiratorios

Virus respiratorio sincicial (VRS), parainfluenza, adenovirus e influenza A y B son los principales agentes causantes de enfermedades respiratorias en invierno. Según cifras de la Red de Vigilancia Metropolitana, formada entre otros centros por Clínica Alemana, en la semana del 26 de mayo al 1 de junio ya se observa el brote de infecciones por estos virus, donde predomina el VRS, le sigue el virus parainfluenza y en menor cantidad están el adenovirus y la influenza A. Otros, como influenza B y metaneumovirus están presentes en menor medida.

 

 

Virus respiratorio sincicial

 

Comienza con coriza -inflamación de la mucosa nasal-, tos, mucosidad y, a veces, fiebre. Es una de las primeras causas de infección respiratoria aguda baja, como bronquitis obstructiva, neumonía intersticial (neumonitis), bronconeumonía y bronquiolitis. La población más susceptible corresponde a menores de un año, en especial, lactantes de menos de seis meses y prematuros, y adultos mayores o personas inmunodeprimidas.

El contagio se produce por contacto directo con personas infectadas y por hacinamiento, los sitios de mayor riesgo son supermercados, centros comerciales, casas con muchos hermanos y jardines infantiles. Además, existe mayor probabilidad de infección grave en lactantes expuestos al humo del cigarrillo, ya que disminuye las defensas respiratorias.

 

Parainfluenza

 

Se refiere a un grupo de cuatro virus que producen infecciones en las vías respiratorias altas y bajas, tanto en adultos como en niños. Las manifestaciones clínicas pueden incluir desde solo rinorrea (secreción nasal abundante) a dificultad respiratoria y tos fuerte, bronquiolitis (obstrucción respiratoria severa), bronquitis y ciertos tipos de neumonia.

Las infecciones son más graves en lactantes, lo que suele disminuir con la edad. Gran parte de los escolares ya ha estado expuestos al virus y la mayoría de los adultos ha desarrollado anticuerpos, aunque la infección puede repetirse. Las personas de la tercera edad y los inmunosuprimidos pueden presentar infecciones graves, por lo que se debe estar atento a la aparición de sus signos y consultar oportunamente ante tos fuerte y/o estridor, sibilancias o sonido de pito al respirar y retracción costal.

La mejor manera de prevenir el contagio es evitando las multitudes, sitios como guarderías y asilos de ancianos para limitar la exposición al virus.

 

Adenovirus

 

Se manifiesta con fiebre alta, congestión nasal, mayor producción de secreciones (moco), dolor de garganta y, a veces, secreción blanquecina en las amígdalas. También puede producir irritación ocular (conjuntivitis), tos y laringitis (afonía o ronquera).

En ocasiones puede producir infecciones como meningitis o encefalitis y neumonia en individuos de menor edad o personas con las defensas bajas. El contagio se origina a través del contacto de las secreciones de persona a persona, juguetes e inhaladores.

 

Virus influenza A y B

 

Estos virus son los causantes de la gripe, la cual se caracteriza por un malestar generalizado, con un brusco inicio de fiebre, calofríos, tos irritante y dolor muscular y de cabeza. Posteriormente, aparecen los signos de infección respiratoria, como congestión nasal, rinitis, faringitis y tos. También se puede presentar conjuntivitis, dolor abdominal, náuseas, vómitos y en ocasiones diarrea.

La intensidad de los síntomas es variable. La tos seca y la fatiga pueden durar dos a tres semanas. En los adultos, la fiebre puede persistir entre uno y cinco días, pero en niños puede prolongarse.

Estos virus son muy contagiosos, se transmiten por las secreciones respiratorias al toser, estornudar o hablar, además por contacto de las manos o con artículos contaminados, por lo tanto, su diseminación en muy alta en todo el grupo familiar. Para estos virus sí existe una vacuna, muy importante para prevenir la enfermedad y que se debe aplicar cada año.



Esta información es meramente informativa y no sustituye la opinión de un profesional de salud. Ante cualquier síntoma o molestia, te recomendamos consultar con tu médico. Además, ten en cuenta que, debido a la naturaleza cambiante de los temas tratados en este artículo, algunos conceptos pueden sufrir modificaciones desde la fecha original de la publicación.


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