En niños y adolescentes algunas alteraciones hormonales pueden comprometer su crecimiento y desarrollo. Por esta razón, se debe visitar al especialista antes de que aparezcan los primeros signos de la pubertad (8-9 años aproximadamente) para controlar que todo esté bien. Sin embargo, si el pediatra o los padres detectan antes alguna anomalía es necesario consultar de inmediato.
La endocrinología pediátrica es el área encargada de evaluar este tema que se preocupa del estudio de las enfermedades producidas por alteraciones de las glándulas endocrinas (hipófisis, tiroides, suprarrenales, otros).
La doctora Ximena Gaete, jefa de endocrinología pediátrica de Clínica Alemana, señala que algunos de los signos a los que hay que estar alerta son:
• Talla baja (bajo el percentil 5 de talla/edad), talla baja en relación a estatura de sus padres, crecimiento lento (caída en la curva de crecimiento).
• Exceso de vello corporal.
• Desarrollo mamario en las niñas o testicular en los varones, a una edad inapropiada.
• Obesidad, particularmente cuando es importante y puede alterar el control de glicemias o se asocia a un crecimiento lento.
• Problemas con el metabolismo de los hidratos de carbono como diabetes.
• Patología relacionada con la glándula tiroides como hipotiroidismo, hipertiroidismo, especialmente si existen antecedentes de enfermedades de la tiroides en familiares directos.
La altura es un tema familiar
El principal motivo de consulta que realizan los padres es referente a la curva de crecimiento de sus hijos. “Hay gran preocupación sobre el tema asociado a la expectativa de que sean más altos que ellos”, señala la especialista.
Algunos de los motivos talla baja podría ser:
• Pubertad retrasada
• Déficit de la hormona del crecimiento,
• Talla baja familiar o talla baja constitucional (disminución de la velocidad de crecimiento).
Un crecimiento inadecuado puede ser la primera manifestación de un hipotiroidismo o problemas gastrointestinales como malabsorción.
“Es importante agregar que en lo que respecta a crecimiento el tiempo es un elemento crítico, ya que una vez completada la maduración ósea en la adolescencia los tratamientos son mucho menos efectivos, es por esto que el momento de la derivación debe ser oportuna. Teniendo en claro el diagnóstico, se le podrá indicar al paciente un tratamiento acorde a su necesidad”, enfatiza el endocrinólogo.
Otro tema relevante es la obesidad que se ha convertido en un problema de salud pública para el país. Un niño obeso tiene mayores posibilidades de seguir con esta condición en su vida adulta, y la obesidad se correlaciona con la presencia de síndrome metabólico, que está dado por la hipertensión arterial, dislipidemia y diabetes, lo que puede llevar a problemas coronarios, asociados a una alta tasa de morbilidad y mortalidad.
Exámenes para el diagnóstico
Durante la consulta, el especialista realiza una historia clínica en la cual se pregunta al niño por sus molestias y antecedentes familiares y personales. Luego, efectúa una evaluación antropométrica (peso, talla, circunferencia de cráneo, entre otras) y, finalmente, un examen físico.
Si en alguna de estas etapas se detecta algo anormal, se le solicita al paciente exámenes para confirmar el diagnóstico y proporcionarle el tratamiento más adecuado.
• Radiografías
• Análisis de sangre
• Análisis genéticos
• Pruebas de estimulación
• Tomografía computarizada
• Resonancia magnética nuclear.
Clínica Alemana, cuenta la Unidad de Endocrinología Pediátrica de la Clínica Alemana está formada por seis pediatras especialistas que atienden en el con Centro de Consultas y Diagnóstico en Vitacura y en el Centro del Niño en Clínica Alemana de La Dehesa, quienes trabajan conforman un equipo multidisciplinario que incluye enfermeras, psicólogos, educadores en diabetes pediátrica y nutricionistas trabajando en sintonía con las necesidades de los niños y adolescentes.
Descartar problemas gastrointestinales
Cuando un niño se encuentra bajo la talla de crecimiento y peso es importante descartar que tenga la enfermedad celiaca. “Los síntomas pueden comenzar en la infancia o la niñez temprana, una vez introducidos los cereales (la mayoría de ellos contienen gluten) que provoca cambios característicos en la mucosa del intestino delgado”, explica la endocrinóloga.
En ellos se puede observar hinchazón abdominal dolorosa y presentan heces de color claro, inusualmente malolientes y voluminosas (esteatorrea), mientras que otros sienten una leve molestia del estómago. “Por lo general, no crecen a un ritmo normal y parecen débiles, pálidos y apáticos. Por eso es importante descartar su presencia”, concluye la especialista.
