Para todo ser humano, el paso desde el vientre de la madre hacia el ambiente extrauterino es una compleja transición en la que la naturaleza ha logrado una adaptación gradual que debe ser vigilada.
La doctora Ximena Solivelles, neonatóloga de Clínica Alemana, sostiene que 'es fundamental la presencia de un neonatólogo al dar a luz, ya que si se genera algún problema durante el embarazo o en el parto -sea éste prematuro o de término-, puede que la adaptación no sea perfecta y que se requiera ayuda inmediata del equipo de salud'.
¿Cuáles son los principales cambios en los primeros días del recién nacido?
Al nacer se corta el cordón umbilical y el bebé sufre un dramático cambio respiratorio y circulatorio,
ya que ahora no está la placenta que era la encargada de proveer oxígeno y eliminar desechos metabólicos, y el bebé debe usar sus propios pulmones para oxigenar su organismo.
Asimismo, al interrumpir el flujo del cordón umbilical se suspende el aporte de nutrientes que el feto recibía en forma continua y ahora pasa a depender de sus propias reservas y de la alimentación que se le otorgue.
También se producen cambios en la temperatura, ya que cuando estaba dentro del útero ésta oscilaba entre 36,5 y 37C, y luego del parto debe adaptarse a temperaturas bastante más bajas.
¿Por qué bajan de peso?
Es normal que los recién nacidos pierdan hasta un 10% de su peso entre los primeros tres y cuatro días de vida, pérdida que es fundamentalmente hídrica. Durante
este tiempo, los bebés reciben del pecho de su madre el calostro, una secreción que precede a la leche materna, de apariencia más acuosa pero rica en glucosa, proteínas y factores inmunoprotectores, defensas que disminuyen
el riesgo de infecciones y alergias, y promueven la maduración del intestino.
El calostro es escaso al principio y aumenta con la estimulación de la succión del pecho, transformándose en leche materna madura a partir del cuarto día. Esto coincide con la estabilización del peso del recién nacido. Asimismo, se produce una recuperación del peso de nacimiento entre los 10 y 15 días de vida.
Esta demora de la 'bajada de la leche' suele producir ansiedad en algunas madres, especialmente, en las primerizas que señalan que su bebé 'queda con hambre'. Sin embargo, es normal que el recién nacido demande mamar hasta 12 veces al día, sobre todo, después de las primeras 24 horas. Día a día va aumentando el calostro y, finalmente, ellas mismas perciben la afluencia de leche, habitualmente, cuando ya están próximas al alta de la maternidad.
¿Cómo logran regular la temperatura fuera del útero?
Al nacer el niño viene mojado, acostumbrado a la temperatura corporal materna, por lo que lo primero que se hace es secarlo. Si todo está bien, se debe poner al recién nacido en el regazo materno para que se produzca el
contacto de piel con la mamá, quien le dará su calor, lo acariciará, observará y hablará. Este momento tan esperado por los padres es trascendente, ya que simultáneamente están ocurriendo grandes
cambios en el nuevo ser y se está consolidando un vínculo afectivo que durará por siempre.
Durante las primeras horas de vida, los recién nacidos suelen verse más rosados o rojos, y tienden a tener los pies y manos más frías, con leve color violáceo (acrocianosis). En estos casos es importante vigilar la temperatura.
¿Es efectivo que se producen cambios en la piel?
Sí. En el útero el feto está flotando en líquido amniótico, protegido por el unto sebáceo, un material graso y blanquecino que
va disminuyendo hacia las 40 semanas de gestación y que es retirado completamente al nacer. Si el bebé nace en esta semana o después, la piel puede volverse reseca o incluso agrietada. Sin embargo, este problema es transitorio
y se recupera en pocos días si se lubrica.
Además, es probable que a partir del segundo o tercer día aparezcan -con diferente grado de intensidad- manchitas, granitos rojos y algunas semejantes a pequeñas espinillitas (pseudopústulas). A esto se llama Eritema tóxico, es de origen multifactorial, no alérgico, y no significa que a futuro ese niño vaya a tener una piel sensible. Es transitorio y desaparece después de los siete o diez días.
Asimismo, se observan pequeños granitos amarillentos en la nariz, mejillas y frente del recién nacido, producidos por retención de material sebáceo, a lo que se denomina millium.
También preocupa a los padres la presencia de una o varias manchas de color azul pizarra en el dorso, llamadas manchas mongólicas, las que no requieren tratamiento ni presentan complicaciones y desaparecen en uno o dos años.
¿Cómo reacciona el sistema inmunitario?
Los bebés
nacen con un sistema inmunitario inmaduro y sin 'experiencia inmunológica'. Sin embargo, han recibido anticuerpos maternos a través de la placenta que dependerán del estado inmunitario de la mamá. Esto se conoce como
inmunidad pasiva, y va disminuyendo durante el primer trimestre mientras se inicia la producción de defensas propias que dejarán una memoria inmunológica definitiva.
Durante los primeros meses, los bebés son especialmente vulnerables a las infecciones. Por esta razón es que, especialmente en invierno, son tan frecuentes las infecciones respiratorias. Para evitarlas, se recomienda a los padres que si hay familiares enfermos se abstengan de visitar al recién nacido, y si la madre está resfriada debe usar mascarilla para amamantar al bebé y lavarse muy bien las manos después de sonarse o estornudar.
¿Qué otro tipo de cambios se producen?
También se manifiestan durante los primeros días alteraciones 'hormonales transitorias'. Estas se producen debido a las hormonas maternas que provocan en las
niñitas secreción vaginal blanquecina y, a veces, pseudomenstruación, es decir, pérdida de pequeña cantidad de sangre genital. En los varones, se puede presentar pigmentación genital.
En tanto, en los recién nacidos de ambos sexos es probable que haya aumento de tamaño mamario y, a veces, secreción de calostro.
¿Cómo deben las madres enfrentar estos cambios para no alarmarse?
Lo más importante es mantener una buena comunicación con su neonatólogo, quién examinará diariamente a su hijo
e informará lo que está dentro de rangos normales y responderá sus dudas.
Además, en Clínica Alemana, durante la hospitalización, luego de dar a luz, se invita a las madres a una charla acerca de los cuidados del recién nacido en la que se informa sobre estos aspectos.
Asimismo, si las dudas o dificultades son respecto de la alimentación, las madres pueden contactarse con la Clínica de Lactancia, que es gratuita para los bebés nacidos en Este centro de salud.
Departamento de Pediatría
Teléfono: 210 1015