
Consultas Otorrinolaringología Online
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Más informaciónEl oído medio –una de las tres secciones que componen este órgano– es una compleja cavidad que contiene una serie de huesecillos (martillo, yunque y estribo) vitales para el sentido de la audición, está separado del exterior por el tímpano y comunicado con el área posterior de la nariz a través de la trompa de Eustaquio, una especie de tubo que cumple la función de compensar las variaciones de presión. Estas últimas ocurren en los cambios de altura propios de actividades como buceo, montañismo o vuelo en avión, entre otras.
Cuando ocurren estas diferencias entre el organismo y el ambiente, las personas sienten sus oídos tapados. Una sensación que tendrán, independiente de si la presión del oído es mayor (positiva) o menor (negativa) que la externa; aquí lo importante es que no han equiparado, explica el doctor, otorrinolaringólogo de Clínica Alemana, sobre una de las causas principales de obstrucción de estas delicadas estructuras que, además, se ven afectadas por otros factores de riesgo y enfermedades. Asimismo, el especialista aborda las causas que provocan dolor, las patologías que podrían estar asociadas y los tratamientos.
Puede sentirse la cabeza algo abombada y algún grado de sordera. En algunas ocasiones, y si persiste la presión negativa, el oído medio puede llenarse de líquido, pudiendo aumentar esta sordera transitoria y prolongarse por un tiempo.
Mientras mayor es la diferencia de presiones, más importantes son las molestias. Cuando duele, es porque la presión negativa es muy significativa y, en ocasiones, pueden llegar a producirse pequeñas hemorragias en el oído medio o en el tímpano.
En general, son las que producen algún grado de congestión nasal, pues la trompa de Eustaquio tiende a bloquearse en el extremo que desemboca en la fosa nasal. Lo más frecuente es que esto ocurra en relación a un resfrío común por la importante congestión y edema de la mucosa nasal provocado por la infección viral. Asimismo, puede pasar en el transcurso de una sinusitis o una alergia.
Otra causa mucho menos habitual es el bloqueo de la trompa de Eustaquio por el crecimiento de algún tipo de tumor en la zona vecina a la trompa.
Uno de los más frecuentes es la existencia de un tapón de cerumen, cuya solución consiste en la extracción. Sin embargo, cuando no lo encontramos en alguien que dice tener el oído tapado, no podemos asegurar con sólo mirarlo si se trata solo de una mala función de la trompa o si en realidad existe una lesión del oído interno. Este último cuadro es conocido como hipoacusia súbita.
Diagnosticarla de forma precoz es muy importante, ya que el pronóstico es mejor mientras antes se inicie el tratamiento. En algunos casos, existe el riesgo de perder en forma definitiva toda la audición, o una parte de ésta, por no tratarlo en forma oportuna.
Los niños tienen una trompa de Eustaquio con una longitud y dirección diferentes a la del adulto, hechos que pueden hacerla menos eficiente en su función. Además, algunos tienen un importante crecimiento de sus adenoides, factor que también puede contribuir al bloqueo de la trompa al encontrarse en zonas vecinas.
Son útiles los mismos descongestionantes orales, o en spray, que recomendamos para destapar la nariz ante un resfrío.
Lo primero es, ojalá, no viajar con un resfrío por los problemas descritos anteriormente en relación a la función de la trompa. Pero si el viaje es inevitable, se aconsejan los descongestionantes antes mencionados para tratar de disminuir el edema de la mucosa e intentar mejorar en algo la función de la trompa.
Es importante saber que, incluso con el uso de estos medicamentos durante el resfrío, muchas veces el problema no puede evitarse, con los consiguientes malestares de los oídos. El asunto será peor si el viaje incluye varias escalas porque la mayor molestia (incluso dolor) ocurre durante los descensos del avión, momentos en que el oído medio tiene una presión cada vez más negativa.
Normalmente, cada vez que deglutimos se abre la trompa de Eustaquio y las presiones dentro y fuera del oído medio se equiparan y así, éstos se destapan. Esto es lo que sucede en la situación normal, cuando no hay ningún problema de congestión nasal. Por eso, durante el descenso del avión, es de utilidad echarse a la boca un dulce o un chicle, lo que estimula la producción de saliva, obligándonos a tragar.
Se puede realizar lo que conocemos como Maniobra de Valsalva, que consiste en taparse la nariz -manteniendo la boca cerrada- y soplar con cierta fuerza para intentar inflar los oídos y, así, vencer la presión negativa en ellos.
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