¿Cómo están formados los dientes?

Todos los dientes, tanto primarios (de “leche”) como definitivos, están formados por tres tejidos duros (esmalte, dentina, cemento) y uno blando (pulpa dentaria).

  • Esmalte: Es un tejido muy duro que tiene como función proteger al diente de los desgastes producidos por la masticación.
  • Dentina: Es el tejido que se encuentra bajo el esmalte y es el más abundante del diente. Cuando se pierde el esmalte, ya sea por lesión de caries, desgastes dentarios o traumatismos, la dentina puede quedar expuesta, por lo que, al ingerir alimentos ácidos o dulces, fríos o muy calientes se produce dolor.
  • Cemento: Es el tejido que cubre la raíz.
  • Pulpa dentaria: Es lo que comúnmente se llama “nervio”. Se ubica en el centro del diente, y es sumamente sensible. La pulpa dentaria está formada por terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos, entre otros tejidos, por lo que su función es dar sensibilidad al diente y nutrir. El diente está insertado en el hueso que lo alberga a través del ligamento periodontal y protegido por la encía y otros tejidos de la cavidad oral.
Gráfico Diente

¿Qué enfermedades pueden existir?

En la boca se puede encontrar una gran cantidad de patologías que afectan a todos los grupos etarios desde la infancia temprana. Pueden ir desde infecciones hasta manifestaciones secundarias a una enfermedad general. Los problemas más comunes en niños y adolescentes son:

Caries

La lesión de caries actualmente se define como una enfermedad que afecta a los tejidos duros del diente y es causada por una combinación de factores que producen un desequilibrio ecológico, debido al aumento en la ingesta de carbohidratos fermentables que lleva a un desbalance en la composición y actividad de la placa bacteriana y a la pérdida de mineral en el diente (cavitaciones) causada por los ácidos producidos por las bacterias. A medida que avanza, la destrucción de tejidos puede producir dolor, infección e incluso llegar a la pérdida del diente. Requiere supervisión y tratamiento profesional.

Gingivitis

Es una enfermedad que afecta a las encías. La principal causa es también la “placa bacteriana”, que si no es removida con la limpieza diaria, se acumula y produce la inflamación de los tejidos blandos. Se observa sangrado y enrojecimiento de las encías, muchas veces acompañado de mal olor (halitosis) lo que no es normal e indica la presencia de la enfermedad y necesidad de atención.

Anomalías dentomaxilares

Corresponde a un grupo de alteraciones en la mordida y posición de los dientes que repercute en la forma, función y estética de todas las estructuras orales comprometidas. Algunas de ellas son heredadas y otras son resultados de malos hábitos sostenidos en el tiempo como, por ejemplo, respiración oral, uso prolongado de chupete y mamadera, interposición de objetos, chuparse el dedo, comerse las uñas, entre otras.

¿Cómo se pueden prevenir algunas de estas enfermedades?

Mantener una dieta sana

  • Ingerir comidas variadas, escogiendo entre los diferentes grupos de alimentos.
  • Preferir alimentos como manzanas o zanahorias que, al masticarlos, limpian o barren los dientes, a diferencia  de los que dejan residuos sobre ellos, como el pan o las galletas que son adhesivos.
  • Evitar comer snacks o colaciones entre comidas. En caso de tener hambre o necesidad de ingerir un alimento entre comidas, preferir snacks  saludables como fruta, frutos secos, palitos de verduras, entre otros.
  • Evitar el excesivo consumo de alimentos con alto contenido de azúcar refinado (chocolates, caramelos, mermeladas, manjar, etc.) y fomentar la  ingesta de agua en forma diaria no reemplazandolas por bebidas o jugos  dulces, entre otros.
  • Revisar la composición y etiquetado de los alimentos, ya que los niños menores de 2 años no deben consumir productos que contengan azúcar  añadida.

Mantener una higiene cuidadosa

  • Cepillar por lo menos dos veces al día con una pasta que contenga flúor. La cantidad a aplicar y el  tipo de cepillo debe ser indicado por su odontólogo.
  • Complementar el cepillado con el uso diario de hilo dental por lo menos una vez al día.
  • Instaurar en la familia buenos hábitos de salud oral. Los niños deben comenzar a cepillarse desde que aparece el primer diente y pueden usar  pasta con flúor en la dosis que indique su odontopediatra desde los 6 meses.
  • Establecer en la familia la asistencia a controles regulares con el dentista. El primer control odontológico debe realizarse antes del primer año de vida.
  • Examinar periódicamente la boca de los niños, el control odontológico debe realizarse por lo menos 2 veces al año.

Evitar malos hábitos

  • Hacer dormir a los niños con una mamadera que contenga leche o líquidos dulces. Prefiera  mamaderas con agua fresca y, en lo posible, que no haya ingesta de líquidos durante la noche.
  • Mojar el chupete de entretención, si es que lo usa, en líquidos dulces. Debe mantenerlo limpio. Eliminar su uso al año debido al riesgo en el niño de  desarrollar maloclusiones.
  • No usar mamadera en niños mayores de un año. A esta edad se puede incentivar el uso de vasos de transición.
  • En los niños, evitar los malos hábitos a la hora del descanso nocturno. Practicar hábitos de higiene del sueño como son el suspender uso de  pantallas 2 horas antes de dormir, tener horarios de sueño fijos, no levantarse a comer o dar alimentos una vez acostado, entre otros.
  • Si su hijo(a) reporta bruxismo nocturno (apretar o rechinar los dientes en la noche), consultar con su odontólogo, este comportamiento no es  considerado normal y debe ser diagnosticado y monitorizado.

¿Cómo prevenir los traumatismos dentales?

La prevención de los traumatismos dentoalveolares abarca distintas áreas, una de ellas tiene relación con tomar ciertas precauciones, principalmente, cuando se realizan juegos bruscos o deportes con riesgo de caídas o golpes. Se pueden usar protectores bucales, por ejemplo, pequeños aparatos que, una vez colocados entre los dientes y por delante de ellos, permiten protegerlos de golpes o impactos que suelen afectarlos. Son especialmente útiles, al practicar deportes considerados de riesgo como: bicicleta, patines, rugby, ski, hockey, etc.

¿Qué hacer frente a un traumatismo dental?

En caso de sufrir alguna caída o golpe en los dientes que produzca la salida de dientes permanentes, se debe actuar de la siguiente forma:

  1. Calmar al paciente.
  2. Encontrar el diente y tomarlo por la corona (no tocar la raíz).
  3. Chequear que es un diente permanente.
  4. Si el diente está sucio, lavarlo delicadamente con leche, suero o la misma saliva del paciente y luego reimplantar.
  5. Una vez reimplantado el paciente debe morder una gasa o pañuelo para mantener el diente en posición.
  6. Si no fue posible el reimplante, depositar el diente en un recipiente con un medio de transporte adecuado que esté disponible en el sitio del accidente y acudir lo más rápido posible a algún Servicio de Urgencia.
  7. Medios de transporte: leche, saliva o suero. *El agua es un medio poco adecuado, pero es mejor que dejarlo seco.

¿Es importante cuidar los dientes temporales o de “leche”?

Sí, ya que sirven de guía para la erupción de los dientes definitivos, tienen una función importante en el desarrollo de los maxilares y articulaciones temporomandibulares y, además, en la masticación, fonación y estética del paciente. Por lo tanto, se debe acudir a un Servicio de Urgencia o a un especialista en niños, en caso de sufrir un traumatismo dentoalveolar para brindar el mejor tratamiento posible frente a este tipo de urgencias.

Departamento de Odontología

Está conformado por un grupo de especialistas altamente calificado y capaz de resolver todas las patologías que afectan al territorio bucal.

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